Moraleja ha dado su ultimo adiós a Alberto Lozano Zango, una de las personas fallecidas en el accidente laboral que el pasado jueves se registraba en una industria oleícola de Moraleja.

Lozano Zango tenía 88 años y había dedicado prácticamente toda su vida a esta empresa, Industrias Oleícolas Sierra de Gata. Como cada jornada Alberto, exencargado de la industria, se había acercado a la fábrica para ver a su hijo que resultó ileso tras explotar un depósito de hexano. Fue tal la deflagración que dos personas fallecieron en el siniestro y otro empleado de 30 años sigue en paradero desconocido.

Con tristeza y dolor, cientos de vecinos han despedido a Alberto Lozano, quien también en la década de los 50 sufrió otro accidente laboral en esta misma empresa que le produjo graves quemaduras de las que se recuperó en un sanatorio de la capital cacereña. Actualmente residía en una vivienda que se encuentra situada frente de la fábrica siniestrada.

Al sepelio asistieron los consejeros de Agricultura, José Antonio Echávarri; de Fomento, Víctor del Moral, así como el de Salud y Política Social. Luis Alfonso Hernández Carrón. También asistieron el presidente de la Asamblea de Extremadura, Fernando Manzano, y el coordinador regional de Izquierda Unida, Pedro Escobar. Al entierro no asistió el secretario regional del PSOE de Extremadura, Guillermo Fernández Vara que, no obstante, visitó las instalaciones de la industria siniestrada hacia las 14.00 horas. 

Fueron los perros del servicio cinológico de la Guardia Civil quienes detectaron entre los escombros los restos mortales del jubilado. Fue a las 05.30 horas de la madrugada del viernes y pasadas las 08.30 horas se daba a concoer de forma oficial el triste desenlace.

La industria, situada junto a la Rivera de Gata a su paso por Moraleja, ha quedado prácticamente destrozada. En los alrededores de la factoría, bomberos y buzos siguen buscando a José Miguel Santos Martín, joven de 30 años del que sigue sin saberse nada tras la explosión.

Miembros de la Unidad de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil se incorporaban en la tarde del viernes a las tareas de búsqueda que se han centrado en los alrededores de la fábrica. Los agentes se sumaron a la búsqueda ya que la industria siniestrada se encuentra junto al río  la Rivera de Gata a su paso por el término de Moraleja.

  La Rivera de Gata no presenta caudal en la zona donde se ha producido el siniestro, ni demasiada profundidad por lo que es previsible que las tareas puedan dearrollarse con relativa normalidad.

Los perros han estado rastreando la zona afectada durante dos días sin dar con el joven José Miguel Santos, vecinos de Moraleja de 30 años de edad. Los canes sí daban en la madrugada del viernes, en torno a las 05.30 horas, con los restos mortales de Alberto Lozano.

También abandonaron la zona afectada en la tarde del viernes los camiones-grúa con los que se ha trabajado en las últimas horas en la retirada de estructuras de hierro y escombros de gran peso que se encontraban amontonados en el interior de la fábrica dedicada a la extracción de orujo.

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