Tras la identificación y el registro posterior, se requisó una dosis de sustancia sospechosa de ser delictiva, por lo que se procedió a la detención del presunto vendedor, quien fue puesto a disposición de la Guardia Civil para la tramitación de diligencias.
La actuación se enmarca dentro de los dispositivos operativos que la Guardia Civil establece, en prevención de la seguridad ciudadana, en las vías de comunicación, con la finalidad de detectar posibles actividades delictivas.
En la vivienda se intervinieron 22 plantas de marihuana, 29 botes de cristal con unos 2 kilos de cogollos de esta sustancia, 18.750 euros en efectivo y diversos útiles relacionados con los cultivos de esta planta.
En el operativo, los agentes incautaron más de 45 kilogramos de cocaína lista para su venta, otros 20 kilogramos en fase de procesado, más de 100 bidones con sustancias químicas destinadas a la elaboración del estupefaciente.
El conductor, que dio positivo en drogas, fue sorprendido con una roca de metanfetamina escondida junto al asiento delantero del vehículo.
Durante el registro del inmueble se descubrió una plantación “indoor” con 43 plantas de marihuana en avanzado estado de desarrollo, así como 2.550 gramos de cogollos listos para su distribución.
Los agentes localizaron 16.145 gramos de cogollos de marihuana, listos para su distribución, además de una navaja de grandes dimensiones y una pistola de 9 mm corto, sin número de serie, municionada y lista para disparar.
En la provincia de Cáceres, se han detectado envíos vinculados directamente con la red, que afectaban especialmente a jóvenes y menores.
Los arrestados, tres hombres y dos mujeres, forman parte de un mismo clan familiar que presuntamente se dedicaba a la venta y distribución de estupefacientes en la comarca.
La Guardia Civil detuvo el coche donde viajaban cuatro ocupantes, en ese momento, el copiloto, vecino de Talayuela, descendió rápidamente y emprendió la huida a pie, arrojando un objeto al suelo.
En las inmediaciones donde se estacionó el vehículo, se localizó un garaje que desprendía un fuerte olor a marihuana y el sonido característico monótono de maquinarias de refrigeración.
El hombre fue detenido el 16 y se encontraba a la espera de juicio, pero tan solo unos días después volvieron a detenerlo por tráfico de drogas y se ha decretado su ingreso en prisión.
Los agentes realizaron la prueba de narco test sobre ambas sustancias, arrojando un valor positivo frente a cocaína y heroína, respectivamente.
Una vez realizado el correspondiente análisis y pesaje oficial, se confirmó que la sustancia era hachís, con un peso que superaba los 500 gramos.
Tras identificar a los tres ocupantes del vehículo, dos hombres y una mujer, se procedió al registro del interior del coche, localizando en la guantera un bote que contenía cuatro bolsitas con una sustancia que resultó ser heroína.
En el desarrollo del operativo, el perro efectuó un marcaje sobre una mujer que se disponía a acceder a la cárcel para visitar a un familiar interno.
Los agentes hallaron 66 gramos de cogollos de marihuana, 65 dosis de metanfetamina (MDMA) repartidas en pequeñas bolsas, y cerca de 2 gramos de anfetaminas.
El sospechoso, conocido por la policía, fue interceptado tras una vigilancia coordinada entre Policía Nacional y Guardia Civil. Llevaba un kilo de cocaína y tres de hachís ocultos en una bolsa de mano.
En el interior de la vivienda, se localizaron 85 dosis de cocaína, 184 gramos de cogollos de marihuana, 160 gramos de hachís y algo más de 4.000 euros en efectivo.
Los investigadores pudieron corroborar el "continuo trasiego" de toxicómanos al domicilio e, incluso, la presencia de menores en el lugar durante las distintas ventas.