Moraleja ha celebrado este domingo el segundo encierro de las fiestas de San Buenaventura con una gran asistencia de público y un desarrollo limpio, aunque con un retraso inusual en el horario de salida.
El encierro, previsto para las 13.00 horas, se ha retrasado por primera vez porque el camión que transportaba las reses bravas no llegaba, y finalmente ha comenzado a las 13.17 horas, tras el lanzamiento del chupinazo desde los corrales situados en la calle Goya.
Los protagonistas del día han sido seis toros bravos de la ganadería onubense llamada Villamarta, que, acompañados por los mansos, han completado el recorrido hasta los chiqueros de la Plaza de Toros en un tiempo aproximado de 2 minuto y 34 segundos.
La manada ha permanecido compacta durante la mayor parte del trayecto, lo que ha contribuido a un encierro rápido, emocionante y, sobre todo, sin incidentes ni heridos por asta de toro.
Cientos de personas se han agolpado a lo largo del recorrido para presenciar este segundo encierro, que ha vuelto a poner de manifiesto el tirón popular de las San Buenaventura.