Moraleja rinde un emotivo homenaje a Oswal Caballero en las fiestas de San Buenaventura
Oswal Caballero falleció el 26 de marzo tras luchar contra una grave enfermedad y ha sido una figura muy querida entre los aficionados a los espectáculos taurinos.
La localidad cacereña de Moraleja vivió esta madrugada uno de los momentos más emotivos de sus fiestas de San Buenaventura 2025, declaradas Fiesta de Interés Turístico Regional, con un sentido homenaje a Oswal Caballero, figura muy querida entre los aficionados a los espectáculos taurinos, fallecido el 26 de marzo tras luchar contra una grave enfermedad.
Antes del comienzo de la tradicional lidia del toro del aguardiente, en una plaza de toros llena hasta la bandera, la organización del dispositivo de seguridad interrumpió brevemente el acto para dedicarle unas palabras de recuerdo.
Oswal Caballero fue un gran conocedor de los espectáculos con reses bravas, tanto dentro como fuera de la plaza. En la retina de muchos aficionados quedará para siempre su alegría, su valentía y su particular forma de dar espectáculo: no dudaba en subirse a una caja de cervezas o una silla en pleno ruedo para esquivar al toro o a la vaca, despertando el asombro y las carcajadas del público.
Habitual de los Sanjuanes de Coria, de las fiestas de San Buenaventura de Moraleja, y de los festejos taurinos de Calzadilla, Casillas de Coria y otras muchas localidades de la comarca, Oswal era más que un aficionado.
Fue amigo de toreros, novilleros, recortadores, ganaderos y empresarios taurinos. Siempre dispuesto a ayudar, echó quites en momentos difíciles a quienes lo necesitaban en el ruedo. Su entrega, su pasión por el toro y su generosidad dejaron huella en generaciones de participantes y asistentes a los festejos populares.
Tras el homenaje, a las 5.14 horas se soltó al toro del aguardiente, “Elegante”, número 86 y guarismo 0, de la ganadería Carmen Valiente, que mostró un comportamiento reservón. Tras unos minutos de duda en la arena, salió al ruedo y posteriormente accedió a las calles del recinto vallado a las 5.35 horas, recorriéndolas con la boca cerrada y sin incidentes. A las 6.00 entró de nuevo en la plaza, y a las 6.10 fue recogido con la soga y encerrado en los chiqueros, dando por concluida una jornada sin percances.