La festividad de San Pedro de Alcántara, patrón de Extremadura, ha congregado este 19 de octubre a decenas de romeros y devotos en la aldea de San Pedro de los Majarretes, dependiente del Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, donde se han rendido honores al santo.

Durante toda la mañana el fervor religioso se ha palpado en el pequeño convento en el que San Pedro tomó los hábitos y que ha sido testigo de una misa extremeña cantada por los integrantes del coro Ecos de la Campiña y la música de la Banda de Cornetas y Tambores Los Castuos de Valencia de Alcántara. La misa ha estado oficiada por el párroco de las nueve alquerías de Valencia, José María Parejo

Los romeros han sacado en procesión a San Pedro por las estrechas calles de la aldea. Una procesión animada con la música de la banda de cornetas donde no han faltado las prerrogativas de salud y prosperidad para la comarca, y las tan esperadas lluvias de otoño.

Muchos vecinos de Valencia de Alcántara han aprovechado la jornada festiva en la localidad para desplazarse hasta la pedanía y compartir con sus poco más de 30 vecinos el día de fiesta y revivir una romería que data desde hace tres siglos.

Los actos comenzaron ya ayer martes con la peregrinación de los romeros a pie, a caballo o en carruajes hasta San Pedro de los Majarretes y revivir la tradición de esta fiesta religiosa y campera.

El patrón de Extremadura, San Pedro de Alcántara, nació en Alcántara en 1499 – y murió en 1.562 en Arenas de San Pedro. Este fraile franciscano español se llamaba Juan de Garavito y Vilela de Sanabria y fue beatificado por el papa Gregorio XV en 1622 y canonizado por Clemente IX en 1669.

Nació en el seno de una familia noble extremeña y estudió leyes en la Universidad de Salamanca. Decidió abandonar los estudios y tomar los hábitos en 1515 en el convento de San Francisco de los Majarretes, cerca de Valencia de Alcántara, donde toma el nombre de Fray Pedro de Alcántara.

Fundó el convento más pequeño del mundo, "El Palancar", cerca de Pedroso de Acím, también en la provincia de Cáceres. Fue amigo y consejero de Santa Teresa de Jesús y además llamado por Carlos V en su retiro de Yuste para ser su confesor, aunque el santo alcantarino declinó dicha proposición.