El Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil y especialistas en la búsqueda de restos humanos han encontrado en una finca de Monesterio restos óseos que podrían pertenecer a Manuela Chavero, la mujer que desapareció de su domicilio el 5 de julio de 2016 en extrañas circunstancias.

El hallazgo se ha producido en el lugar que ha indicado el autor confeso del crimen E.D.H, de 28 años de edad y vecino de la víctima, que ha reconocido ante la Guardia Civil en Zafra que mató accidentalmente a la desaparecida y posteriormente la enterró en una finca rural próxima al pueblo.

La Delegación del Gobierno en Extremadura ha advertido que por el momento no se puede precisar que los restos correspondan a la desaparecida, aunque todo hace pensar que con la rapidez con la que se ha producido el hallazgo pudieran ser de la víctima.

Tras pasar la noche en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil de Zafra, el joven se ha mostrado dispuesto a colaborar y pasará a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de esta localidad.

Además ha dicho ante los agentes que tras la muerte decidió trasladar el cadáver a esta finca de su propiedad que luego vendió. La Guardia Civil ha dado credibilidad a su versión, por lo que en la tarde de este viernes tuvo lugar la reconstrucción de los hechos como paso previo a las tareas de localización de los restos.

La detención de este hombre se produjo a primera hora de la noche del jueves y la autoridad judicial ha decretado el secreto de sumario. El hombre vivía hasta su detención en la calle El Cerezo de la Urbanización La Noria, muy cerca de la residencia de la desaparecida. Tras su detención, la Guardia Civil registró la vivienda en la que reside y ordenó su traslado a Zafra.

Manuela Chavero, separada y madre de dos hijos, desapareció sin dejar rastro cuando se encontraba sola en su vivienda unifamiliar, pues sus hijos estaban pasando unos días con su padre en Sevilla.

Desde su desaparición la Guardia Civil ha intentado dar con su pista en una investigación que se ha prolongado durante más de cuatro años y en la que se han rastreado teléfonos móviles y cámaras de vigilancia. El último contacto que tuvo la desaparecida fue a través de su teléfono móvil mediante una conversación de whatsapp a la 1.55 de la madrugada con un joven del pueblo con el que se veía de vez en cuando.

El detenido fue una de las más de cien personas a las que la Guardia Civil tomó declaración durante todo este tiempo, pero alegó que en el momento en que sucedieron los hechos no se encontraba en el municipio, sino en la playa.

La Guardia Civil registró la vivienda de la víctima una vez más el pasado 27 de agosto, al parecer después de que su hermana recibiera una carta anónima en la que se indicaba como posible sospechoso al hombre que ha sido detenido. El escrito ha sido determinante para concluir con éxito la investigación, uno de los casos más difíciles a los que ha tenido que hacer frente la UCO en los últimos años.

La hipótesis de los investigadores es que Manuela Chavero se encontraba sola en su vivienda cuando el autor confeso del crimen se dirigió a su domicilio, ubicado en la misma acera unos metros más abajo en una calle en pendiente. Tras su desaparición fue encontrada la puerta de la vivienda abierta, su teléfono móvil sobre la mesa junto con las llaves y el resto de su documentación personal y la televisión y las luces encendidas.

Los vecinos de Monesterio organizaron numerosas batidas por los alrededores del municipio para intentar localizar a Manuela Chavero. En la búsqueda participaron cientos de personas en varios dispositivos con helicópteros, drones y perros.

El alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, ha expresado su solidaridad con la familia de la víctima y ha asegurado que tras la detención del joven, el pueblo se encuentra consternado, pero al mismo tiempo con sentimientos de tristeza y cierto alivio por haber podido concluir más de cuatro años de intensa búsqueda de la desaparecida.