Decenas de agricultores y ganaderos han lazando huevos a la fachada del edificio de la Subdelegación del Gobierno en Cáceres, pero también han arrojado judías y miel, todo ello en señal de protesta por la grave crisis que atraviesa el campo.

Esta acción ha sido la culminación de la jornada de protestas que ha sido especialmente destacada en la ciudad de Cáceres, con la movilización convocada por Asaja y que cerró todas las salidas y entradas de la ciudad, a excepción de prácticamente una.

Muchos de los manifestantes, cifrados en unos 600,  fueron apicultores del norte de la provincia que participaron en las protestas vestidos  con sus trajes de trabajo y sus ahumadores y con sus camiones cargados de colmenas.

Los participantes en la protesta quieren llamar la atención del Gobierno de Pedro Sánchez «por permitir el consumo de productos procedentes de otros países frente a los que se cosechan en España y en Extremadura».

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