¿Cuántas personas de Navalmoral estarían dispuestas a reconocer que, si la ciudad se divide en dos para los próximos cien años por un muro ferroviario, la comunicación social, económica y ambiental no solo no mejora, sino que se entorpece? Qué quiere decir Adif cuando nos responde, ya os acostumbraréis ( el ser humano se adapta a todo lo que le den) y hasta un muro os servirá para potenciar la comunicación.

Para cualquier persona la palabra “potenciar” quiere decir incrementar lo que ya se tiene, promover, fortalecer, estimular entre otras definiciones, pero fundamentalmente activar y fomentar. A nadie se le ocurre mejorar su vivienda personal construyendo en pleno salón familiar de la casa un muro que la divida, un muro para llevarse mejor entre todos los miembros de la familia, un muro que además permita entrar a unos y a otros no. Pues eso es precisamente la propuesta que aún el actual Ministerio de Trasportes y Movilidad Sostenible no qiere modificar.

Y, lo cierto, es que a una ciudad en pocas ocasiones le llega la oportunidad de invertir muchos millones de euros en poco tiempo a fin de diseñar un modelo de ciudad sin complejos, dinámica, abierta y sostenible. Una ciudad donde las personas, por fin, sean el centro del mismo. ¿O no nos consideran ciudad y el soterramiento es un lujo innecesario? A estas alturas, algunos todavía dudan si Navalmoral es un pueblo o una ciudad quizá porque solo miran el cementerio para poder catalogar y comparar a sus habitantes. Nos avergüenzan.

El tren sigue siendo una oportunidad económica, como siempre lo ha sido, para Navalmoral y las comarcas vecinas. El tren siempre ha sido una parte dominante de las sucesivas ampliaciones de Navalmoral, lo recorre de este a oeste y aglutina gran número de habitantes, con bloques no excesivamente pegados a las vías.  El mejor parque-jardín municipal que crea la ciudad es impulsado por la propia estación de trenes, igualmente la calle mejor arbolada es el paseo de la estación, y cuando se construye la estación de autobuses se hace al lado de la del tren de manera absolutamente integrada. Cuando toda la población iba a esperar el tren de la una lo hacía para verse, charlar, ligar o simplemente para admirar la llegada de viajeros y mercancías. El tren para una ciudad es el latido vital que reordena, adecua y conecta: trae y lleva, reúne y despide, emociona y asusta, libera y produce.

El tren, a su paso por el casco urbano de Navalmoral, tiene que seguir siendo un proyecto que sirva para humanizarla en pleno siglo XXI. Restructurar lo existente respetando la escala humana que permita la total inclusión, accesibilidad universal y sostenibilidad urbana.

– Humanizar quiere decir que mejore las condiciones para caminar, pero no con largos recorridos y bajo tierra por muy bonito que lo decoren.

-Humanizar quiere decir utilizar parques y plazas para que la gente socialice, y no mutilar las existentes (parque municipal, espacio cigüeña negra) o crear una rehundida con gran riesgo de inundaciones (San Isidro).

-Humanizar quiere decir crear nuevos espacios abiertos donde también se desarrollen las actividades culturales y deportivas y de uso ciclista, y no dos pasadizos con gran anchura y rampas interminables.

-Humanizar quiere decir controlar la invasión de coches individuales, con aparcamientos suficientes para beneficiar al comercio local, y no hacer desaparecer el paseo de la estación eliminando 200 aparcamientos, disponiendo de una placita nueva que concentrará todo el tráfico diario (más de 16.00 vehículos)

Permitir relaciones sociales cotidianas, encontrarse de manera cómoda, no tener que usar el vehículo particular para todo, poder caminar sin peligro, en definitiva, facilitar tanto la estancia como la entrada y salida de la ciudad es el objetivo de todas las nuevas inversiones de la agenda urbana española y europea. Es la accesibilidad lo que se promueve cuando se invierte en un nuevo proyecto de infraestructura férrea, y no en una movilidad caiga quien caiga.

¿Acaso la valla actual que llevamos padeciendo en estos ultlimos 40 años no ha demostrado el lastre que supone tal obstáculo?  Y si nos hemos aguantado y también protestado ante el cierre del paso a nivel del cementerio, ante el paso elevado del barrio de la Paz, ha sido por las distintas promesas de la llegada de un tren que lo podría solucionar. la mejora definitiva de la línea del tren rápido Madrid-Badajoz que desde luego, solo pasando por la ciudad, se asegura que toda la inversión recaerá en la propia mejora urbana. Afortunadamente uno llega y sube al tren en un espacio lo mas humanizado posible, y no en pleno campo. Todas las estaciones que se han sacado fuera son un fracaso, tanto de viajeros, como del propio desarrollo urbano.

Hay que darse cuenta que este proyecto, para Navalmoral, de nueva línea de altas prestaciones, de tráfico mixto, doble vía y electrificado es en sí mismo el primer proyecto de modernización que llega, luego es lógico que se contemple con todas las mejores técnicas y perspectivas de futuro posibles, cosa que otras ciudades no pueden hacer por impedimentos económicos graves, o por financiaciones no transparentes de especulación de suelo urbano. Extremadura no se puede permitir invertir a fin de destruir, como bien ha entendido el actual consejero de la Junta de Extremadura, y el equipo municipal moralo y como la Asamblea de Extremadura ha declarado.

El recién nombrado representante del Gobierno estatal en la región, Jose Luis Quintana, ha respondido a la presidenta Maria Guardiola que está dispuesto a ayudar a determinados proyectos que necesiten las debidas gestiones con los ministerios. Dese luego una de ellas y primordial es la de Ministerio de Oscar Puente, del que depende el proyecto a su paso por Navalmoral. Nos consideren ciudad pobre, mediana o todavía pueblo, nunca nos podemos permitir que una inversión de 100 millones de euros no sirva para beneficiar lo ya consolidado.

Resulta que soterrar las vías del tren permite, por primera vez en la historia de Navalmoral, poner el foco en la vida de la gente. Permite crear un bulevar precisamente donde más lo necesita la ciudad, eje transversal, verdadera columna vertebral urbana. Una ciudad que potencia lo verde, la limpieza y la seguridad. El bulevar hace que la permeabilidad llegue a toda la ciudad, con un transporte público de fácil acceso. ¿Habrá que explicarlo todavía mejor? ¿No son suficientes 250 concentraciones ciudadanas? ¿2.500 personas en manifestación? ¿15.000 firmas? ¿Qué nos falta por hacer?

Sí, debemos exigir, frente a indiferentes, derrotistas y agoreros que hay tiempo para conseguirlo. Que, si hasta el 2030 no tenemos completada la línea hasta Madrid, hay tiempo suficiente para modificar y ejecutar el soterramiento. La Extremadura inocente la dejamos atrás hace mucho tiempo.