El DJ sevillano Kiko Rivera fue en la noche de este viernes un moralejano más. Conectó con el público con una facilidad asombrosa, invitó a subir al escenario a varias adolescentes que no daban crédito a lo sucedido, y como colofón se puso al cuello el pañuelo verde que identifica a los vecinos en las fiestas de San Buenaventura de Moraleja.

Francisco José Rivera Pantoja lo dió todo, se entregó a sus admiradores y llenó hasta la bandera la Plaza de la Encomienda en una sofocante noche de calor donde lo importante era la música. Bueno, y la declaración de fiesta de Interés Turístico Regional. Si los técnicos de la Consejería de Turismo de la Junta de Extremadura están por las calles de día y de noche habrán podido comprobar que este hervidero humano a todas horas, que esa sucesión de espectáculos festivos y taurinos, que esa hospitalidad de las peñas y la tradición que acompaña a los festejos obliga ya, sin más demora, a firmar el documento que acredite tal galardón.

La noche del viernes fue la de Kiko Rivera, ese personaje mediático hijo de la tonadillera Isabel Pantoja y del torero Francisco Rivera «Paquirri» que perdió la vida por la cornada de un toro en Pozoblanco (Córdoba). El paso del tiempo ha convertido a Kiko Rivera en un personaje conocido por sus apariciones en la prensa rosa. Y en su última noche le acompañó un equipo de Telecinco que hizo varias conexiones en directo desde Moraleja para toda España, con una inmensa promoción nacional de unas fiestas que, como Kiko, lo están dando todo.

Kiko Rivera ha lanzado al mercado varios éxitos musicales, pero también ha lanzado toneladas de admiración. El público de Moraleja lo comprobó desde el primer momento. La forma de dirigirse a los vecinos, las innumerables muestras de cariño que les mostró, el detalle de ponerse el pañuelo y el amor con el que se dirigió a su mujer, en primer lugar, y a todos cuantos le acompañaban después. Moraleja vivió la noche de Kiko y Kiko vivió la noche mágica de Moraleja.​