El efecto económico del coronavirus está haciendo estragos en el mundo del toro, algo que se ha venido denunciando durante los últimos meses, de hecho, la temporada pasada “quedó en blanco”, tal y como ha indicado Alberto Manuel Hornos, empresario taurino afincado en el Valle del Alagón.

“Las ilusiones que teníamos pensando que podíamos realizar festejos populares se fueron al traste con la expansión del virus a lo largo del año pasado”, ha apuntado con desánimo.

De hecho, a pesar de realizar festejos taurinos mayores, las pérdidas económicas son considerables sin festejos populares. Hornos ha explicado que la no realización de festejos populares afecta “gravemente” al ganado y la solvencia económica. Una situación, ha dicho, que “sin poder trabajar es una ruina” mantener a los astados.

Ante la situación actual con el virus, a pesar que los contagios estén descendiendo, ha apuntado que no se puede esperar a ver cuándo se puede dar el siguiente paso.

“Estamos muy desanimados y vivimos con incertidumbre porque no sabemos cuándo finalizará esta situación”, ha dicho Hornos destacando que el mundo del toro es un espectáculo de masas que congrega numeroso público.

Desde el sector se mira al futuro con precaución e incertidumbre y continúan teniendo esperanza para que el mundo del toro de lidia pueda recuperarse próximamente.