Los productos químicos forman parte de la vida cotidiana y, por ello, no se puede ignorar que muchos de éstos pueden suponer un riesgo para la salud. Por ello, el Servicio Extremeño de Salud (SES), a través de la Dirección General de Salud Pública, ha recordado la importancia de leer las etiquetas de dichos productos, con el fin de evitar problemas sanitarios y medioambientales.

En el momento en que un consumidor compre un producto debe leer su etiquetado para garantizar o eliminar los efectos perjudiciales que para la salud puede causar, por lo que es de “vital importancia” ya que las etiquetas de los envases recogen la información para conocer dichos efectos.

Antes de comenzar a utilizar un producto químico es necesario conocer los peligros de las sustancias químicas y el equipo que se va a utilizar. La reactividad, inflamabilidad, corrosividad y la toxicidad de los compuestos que van a utilizar son los que van a dictar las precauciones necesarias a tener en cuenta.

La etiqueta es, en general, la primera información que recibe el usuario y es la que permite identificar el producto en el momento de su utilización. Todo recipiente que contenga un producto químico peligroso debe llevar, obligatoriamente, una etiqueta bien visible en su envase, redactada en el idioma oficial del Estado.

Las etiquetas recogen el nombre de la sustancia o del preparado, los datos del fabricante o importador, los símbolos e indicaciones de peligro para destacar los riesgos principales y los riesgos específicos atribuidos a la sustancias y preparados peligrosos.

CONSEJOS

Así, el consumidor podrá apreciar en las etiquetas que existen productos que pueden ser muy tóxicos, tóxicos, nocivos, corrosivos o irritantes según su clasificación en relación a los efectos sobre la salud. Estas características están señaladas en símbolos diferentes, indicando el peligro que conllevan.

Del mismo modo, las etiquetas recogen los consejos de prudencia que el consumidor debe tener en cuenta a la hora de utilizarlos como, por ejemplo, mantenerlos fuera del alcance de los niños, no fumar durante su utilización, usar solo en lugares ventilados, evitar el contacto con los ojos o usar guantes, entre otros.

Asimismo, el SES ha insistido en que hay que leer detenidamente las etiquetas de los productos y seguir las indicaciones, así como no cambiar los productos de los envases originales o mantenerlos en lugares apartados y adecuados.