La Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura del Gobierno de Extremadura ha incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de la Casa de la Encomienda de Moraleja, en la categoría de Monumento.

Desde el Ejecutivo regional recuerdan que esta medida pretende proteger el Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.

La Casa de la Encomienda es un edificio relevante cuyos valores justifican la incoación pues en su dilatada historia ha sido escenario de acontecimientos cruciales para Moraleja y su comarca. A pesar del deteriorado estado de conservación que presenta, mantiene la imagen bien integrada en el paisaje ribereño y la organización en torno a un magnífico patio empedrado, pero que además conserva, como parte de su estructura, elementos de valor significativos caso del lienzo de muralla en el lado del río o la propia torre del homenaje, por citar algunos.

La medida también incluye la delimitación del entorno necesario que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al “espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo”.

En esta Casa se hospedó el rey Felipe V cuando, en 1603, cuando visitó Moraleja con su numeroso ejército, que estuvo dispuesto al otro lado del río, con ocasión de la Guerra de Sucesión contra Portugal.

La Casa de la Encomienda aún mantiene su imagen noble y monumental, con rasgos y elementos defensivos. Según los datos documentales, la fortaleza que se describe en el siglo XVI era un tanto modesta, tanto por la escasa complejidad de sus dependencias como por la inconsistencia de su fábrica. Por ello se cree que la primitiva fortaleza debía responder a planteamientos defensivos de relativa urgencia, operados durante el siglo XV para asegurar la integridad de la edificación.

El edificio está constituido por dos crujías, dispuestas en forma de “L” invertida, a las que posteriormente se le añadieron otros espacios de carácter más tosco. Entre todos determinan una figura geométrica tendente a un cuadrado irregular en torno a un espacioso patio del siglo XVI que aún conserva su empedrado primitivo (fechado en 1583), de rollo cuarcítico dispuesto en calles delimitadas por líneas maestras paralelas. En el pavimento se observan los desagües para la canalización de las aguas pluviales.

Junto a la torre se mantiene un estrecho pozo cilíndrico de mampostería con brocal de piezas de cantería. Además se conserva una pila alargada y varios abrevaderos, todos de piedra berroqueña que, en la actualidad, se encuentran desplazados de su posición original que se desconoce.

El edificio se encuentra en grave estado general de abandono y ruina. Los elementos mejor conservados corresponden a los muros exteriores de la primitiva edificación medieval, Torre del Homenaje, supuesta capilla, cuerpo inferior de la fachada principal o restos de la muralla.

Delimitación del entorno del Monumento

La información facilitada por el Gobierno regional señala que teniendo en cuenta el actual estado de conservación de la Casa de la Encomienda así como la imagen urbana general de esta zona del núcleo urbano moralejano, se ha optado por incluir dentro de su área varios  elementos urbanos como espacios públicos en contacto directo con el bien y que constituyen su ambiente urbano, desde el que se hace posible la contemplación y visualización del monumento.

También se incluyen parcelas que limitan directamente con los mismos espacios públicos del bien y que constituyen su entorno visual y ambiental inmediato.

 En cuanto a los usos permitidos en el Monumento,  tendrán que ser compatibles con la investigación, la conservación, la puesta en valor y el disfrute del bien y contribuirán a la consecución de dichos fines, sin degradar la imagen del monumento o poner en peligro la conservación del bien o, lo que es lo mismo, no deberán alterar sus valores patrimoniales.