El Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón de Extremadura (Iprocor) y Asecor (Agrupación Sanvicenteña de Empresarios del Corcho) han apostado conjuntamente por poner en valor y que en los próximo años sean fructíferas las instalaciones del llamado Ecotrafor, situadas en el término de San Vicente de Alcántara.

Ecotrafor es una central de tratamiento ecológico y evaluación del corcho en la que la Junta de Extremadura invirtió hace años unos tres millones de euros y que en la actualidad no tiene uso por parte de las industrias corcheras de la comarca de San Vicente de Alcántara. El nuevo director de Iprocor, Germán Pueblo Ovando se marcó públicamente como reto a medio plazo dar uso a este centro y adaptarlo a la demanda actual de la industria. Puebla Ovando aseguró "no estar indignado, sino ilusionado con el futuro" de la planta.

En este sentido, el presidente de Asecor, Andrés Gilo, también se mostró partidario en colaborar estrechamente con Iprocor para poner en valor estas instalaciones  que fue una inversión millonaria y puntera en tecnología pero que no cuenta hoy en día con demanda por parte de la industria del corcho.

Planes conjuntos

Tras un reciente encuentro con el directo de Iprocor, Andrés Gilo, se posicionó a favor de desarrollar proyectos en materia de investigación con el Instituto del Corcho de Extremadura. Gilo recordó a los responsables de las industrias corcheras que el citado instituto es un "hilo de comunicación con la Administración Pública" que puede asesorar en materia de ayudas, exportaciones, normativa actual y posibilitar un seguimiento científico de normas europeas "que a los industriales les parece que carecen de cierto sentido".

El presidente de Asecor explicó que actualmente están inmersos en la normativa llamada Systecode, un proceso de auditoría "en el que hay que aclarar ciertos aspectos", manifestó a Radio Interior.

Etiquetado productos

Tanto Germán Puebla como Andrés Gilo pusieron a Portugal como ejemplo de avances en la normativa de etiquetado de los productos. Ambos se mostraron partidarios de que en las bebidas se especifique el tipo de cierre que tienen, "algo prácticamente ya conseguido en Portugal".