El consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, José Luis Navarro, ha afirmado que la decisión que adopte el Gobierno sobre el cierre o continuidad de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, "no establecerá un precedente" para el futuro de la de Almaraz, en Cáceres.

Navarro ha asegurado que la situación de las dos centrales es "tan diferente", que la decisión que adopte el Gobierno sobre si decide "renovar o no la autorización de funcionamiento de Garoña, y por cuánto tiempo, si es que decide renovarla, que no tendrá nada que ver una situación con la otra".

El consejero ha explicado que esas diferencias vienen determinadas por la potencia y producción de energía de cada una de ellas, "cuatro veces más la de Almaraz", así como la repercusión que tendría el cierre de las dos centrales para el sistema nacional de producción de energía, "ya que sería mucho más impactante el cierre de Almaraz".

Otro aspecto que diferencia ambas instalaciones es el de la antigüedad de ambas, "ya que mientras a Garoña le faltan dos años para alcanzar los 40 de vida inicial, Almaraz está muy lejos de esa cifra".

Por tanto, ha recordado que el Gobierno decidirá ahora sobre Garoña y dentro de un año sobre Almaraz, "pero los puntos de partida son muy diferentes".

El miembro del Ejecutivo extremeño ha señalado respecto de las energías renovables que últimamente se habla mucho de ellas, "y es que la realidad justifica esta coyuntura, por el gran desarrollo que están experimentando en los últimos años".

"En energía fotovoltaica -ha subrayado-, somos un referente, y en energía termosolar también, y en cuanto los parques eólicos que fueron autorizados también estamos recibiendo los proyectos, de manera que puedan empezar a funcionar en 2010".

En este sentido, ha asegurado que Extremadura, "dentro de muy poco, podrá concretar con mucho adelanto sobre el calendario fijado por la Unión Europea, la contribución que las energías renovables deben suponer para el consumo energético total".