El II Plan de Inmigración de Extremadura, fruto del Acuerdo Social por la Inmigración, aprobado el 30 de julio de 2008 en el marco de la Declaración de Diálogo Social, evoluciona en este ejercicio para adaptarse a las circunstancias actuales dando "prioridad" a sus componentes laboral y de género.

Este plan da continuidad al que estuvo vigente entre 2006-2007 y se prolongará durante los próximos cuatro años para atender las necesidades de los 35.315 inmigrantes que viven en la región, así como la de la población de acogida que se distribuye por el territorio autonómico, según informa la consejera de Igualdad y Empleo de la Junta de Extremadura, Pilar Lucio.

Dotado con 3.078.426 euros, el nuevo Plan de Inmigración de Extremadura plantea medidas con las que se pretende "facilitar" la incorporación e integración de la población inmigrante en diferentes áreas, tales como la vivienda, los servicios sociales, la salud, la educación, la infancia, la juventud, la participación, el co-desarrollo, entre otras.

No obstante, centrará sus acciones "básicas" en la formación para el empleo, a través de los distintos programas de orientación y de sensibilización en igualdad laboral, que ya comenzaron en el período anterior, estableciendo 81 contactos con empresarios y agricultores, y cuatro asambleas para la difusión de campañas informativas sobre los derechos laborales.

Esta atención especial al terreno laboral, explica Lucio, es consecuencia del incremento del número de parados extranjeros en la región. Según indica, en Extremadura la población activa inmigrante está compuesta por 18.700 personas, de las cuales, el 19,84 por ciento está actualmente en el paro.

Por otro lado, la consejera detalla que este segundo plan pone énfasis en las acciones destinadas a atender de manera "integral" a las mujeres inmigrantes que son víctimas de violencia de género. Al respecto, subraya que, además de las medidas estatales que se diseñan desde el Ministerio de Igualdad para atender a este segmento de la población, en la región seguirán desarrollándose los programas de formación y atención que dieron comienzo con el plan 2006-2007.

Así, se reproducirán los programas formativos y de reinserción social y laboral para las mujeres inmigrantes en distintos ámbitos y se reforzará la atención a las víctimas de malos tratos, a través de las casas de la mujer de Cáceres y de Badajoz, así como por medio de los Servicios Sociales de Base de los ayuntamientos extremeños.

Dentro de los objetivos del II Plan de Inmigración, Pilar Lucio resalta la atención a los menores inmigrantes que conviven con la población extremeña. En esta línea, se repetirán las acciones de refuerzo educativo, control de absentismo escolar, así como las aulas de apoyo para "solucionar problemas de adaptación al sistema educativo" de la comunidad autónoma, que ya se desarrollaron en el marco del primer plan.

Según Pilar Lucio, en Extremadura viven 7.998 extranjeros de entre 0 y 18 años de edad, que son quienes se beneficiarán de estas medidas específicas, encaminadas a su inclusión social.

Por otra parte, la consejera informa que el I Plan para la Integración Social de Personas Inmigrantes en Extremadura 2006-2007, dotado con un presupuesto de 7.585.916 euros, atendió en sus diversas vertientes a un total de 44.801 extranjeros radicados en la región.

Entre las acciones que se desarrollaron a través de dicho plan, destacó la acogida y la atención de inmigrantes procedentes de Canarias, Ceuta y Melilla; el programa de información, orientación, tramitación y asesoramiento jurídico para extranjeros, así como las clases de castellano para inmigrantes y las campañas informativas para familias sobre la escolarización de sus hijos.

El primer plan incluyó, además, programas de prevención y educación para la salud, campañas de vacunación infantil, una guía de salud y convivencia, charlas sobre planificación familiar y jornadas sobre traducción y mediación entre profesionales sanitarios y población inmigrantes.

Asimismo, se llevaron a cano acciones para la normalización de mujeres inmigrantes en situación de vulnerabilidad, programas de atención integral a mujeres víctimas de violencia de géneros, y campañas para favorecer una imagen positiva de la inmigración, a través de la promoción del conocimiento de diferentes culturas, y mediante encuentros y foros entre extranjeros y la población autóctona.