El incendio de Jarilla ha calcinado más de 6.000 hectáreas y ha obligado a confinar Segura de Toro
Extremadura afronta su quinta jornada de lucha contra el fuego con seis incendios activos, dos de ellos —Jarilla y Aliseda— con una evolución desfavorable. Más de 900 vecinos permanecen confinados y la Junta ha solicitado refuerzos urgentes al Gobierno y a la Unión Europea.
El incendio forestal declarado en Jarilla (Cáceres) se ha convertido en el más grave de los que afectan actualmente a Extremadura. Según la Consejería de Gestión Forestal, el fuego ha calcinado ya más de 6.000 hectáreas y mantiene dos frentes activos: el norte, que avanza hacia Segura de Toro, y el sur, con dirección a Valcorchero y Plasencia.
La magnitud de las llamas ha obligado a confinar las localidades de Segura de Toro y Casas del Monte, lo que eleva a más de 900 los vecinos bajo restricciones de movilidad.
“Estamos en una situación extremadamente delicada”, ha reconocido el consejero de Presidencia, Abel Bautista. El frente sur preocupa por su cercanía a Plasencia, donde once medios aéreos trabajan desde primera hora para frenar el avance de las llamas y evitar que el fuego penetre en el monte Valcorchero.
Por otra parte, el incendio de Aliseda, con 2.000 hectáreas calcinadas, es el otro gran foco de preocupación. Las llamas han alcanzado viviendas en la urbanización Viñas de la Mata (Casar de Cáceres) y en Cuartos de Baños (Aliseda), lo que ha obligado a reforzar el operativo con nueve medios aéreos para impedir que el fuego llegue al casco urbano de Malpartida de Cáceres.
La Junta de Extremadura mantiene desplegados todos sus efectivos, junto a la UME y las brigadas de refuerzo estatales, pero admite que son insuficientes. Por ello, ha solicitado al Gobierno de España y al Mecanismo Europeo de Protección Civil un refuerzo extraordinario: 100 camiones de bomberos, 400 efectivos forestales, 20 medios aéreos adicionales y maquinaria pesada.
“Con los medios adecuados, podríamos controlar los incendios en los próximos días”, ha subrayado Bautista.
La presidenta regional, María Guardiola, ha gestionado personalmente la llegada de ayuda de comunidades como Murcia, Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid. También Portugal ha respondido de inmediato, enviando nodrizas y autobombas.
Mientras tanto, el Seprona de la Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer el origen de varios de los incendios. Aunque no se descarta la reactivación natural en el caso de Jarilla, las autoridades no tienen dudas de que los fuegos de Aliseda y Cuacos de Yuste fueron provocados, al declararse hasta cuatro focos de manera simultánea.
Extremadura encara así una de las jornadas más críticas de este verano, con el temor de que el fuego continúe avanzando hacia el norte cacereño y multiplique su impacto en el territorio y en la población.