Eva Fernández era la pregonera de la Semana Santa de Mérida. Está muy cerca del papa Francisco. Es la corresponsal de la COPE en el Vaticano e Italia. Trabaja todos los días junto a él. Más de una vez ha estado con el Papa en alguna audiencia particular o general; en viajes, en actos mil como los que protagoniza a lo largo del año. Quizá le contare que era la pregonera de la Semana Santa de Mérida, una ciudad romana que también tiene Vía Crucis en su anfiteatro, como el que él preside en el Coliseo todos los años. Y antes que hablare ella, le ha dado la palabra al Papa, como si allí, en la basílica de santa Eulalia, en su Año Jubilar, ella mandare por la autoridad que le hubiere conferido la junta de cofradías. Y no comienza su pregón. Antes le invita a unirse a él con Mérida.

“Ciudadanos de Mérida: hay alguien en Roma que hoy quiere estar presente entre vosotros. Un auténtico honor, un privilegio para esta ciudad que siempre será recordado. Santo Padre, para usted la palabra en este pregón…” Calla Eva y el papa Francisco aparece en la pantalla. Los fieles enmudecen: “Es el Papa quien nos habla…; el papa Francisco está en Mérida, se dirige a nosotros…, nos recuerda, nos mira y parece recordarnos que Mérida también es suya, como nuestra Semana Santa en el legado romano…”

Eva es embajadora de Mérida en la Ciudad Eterna, proclamada a sí misma. Como tal ha hablado con el Papa y le ha hecho esta petición. “Santidad, más que mi pregón, le agradecería unas palabras para los fieles de Mérida, reunidos en la basílica de Santa Eulalia en su Año Jubilar. Allí estarán, entre muchos, quienes vinieron a verle el pasado año a la plaza de San Pedro; los que le agradecieron el Año Jubilar y le dieron cuenta de sus proyectos; quienes le hablaron de una Asociación de la Virgen y Mártir Santa Eulalia con diecisiete siglos a sus espaldas (“antes de que nos descubrieran…”, como dijo). Como jefe del Estado vaticano había elegido Vuestra Santidad a dos emeritenses para que trabajaren en la Secretaría de Economía (uno ya no está por enfermedad).

Apenas, dos folios, leídos en cinco minutos, y Vuestra Santidad ha sido el pregonero. ¿Cuándo un papa estuviere en Mérida, le hablare a los emeritenses…? Nunca, ni por televisión, ni a través de un video grabado. Ha hecho historia Vuestra Santidad con Mérida. A muchas mujeres y hombres se les saltan las lágrimas de emoción. Más que del pregón de la “embajadora”, se habla de las palabras del Papa para Mérida.

“Permitidme formar parte del pregón de vuestra Semana Santa, única en el mundo, porque muy pocas ciudades pueden revivir estos días que cambiaron la historia de la humanidad en escenarios de más de 2.000 años de antigüedad, contemporáneos a los que Cristo sufrió la pasión.” Mérida, Santidad, fue romana antes de Cristo, durante la vida de Cristo y después de Cristo, y así hasta hoy, desde el martirio de la Mártir.

No se ha olvidado de nada, Santidad, y Mérida habrá de agradecérselo. Ha recordado a la patrona, el Año Jubilar que se dignó otorgarnos, el martirio de santa Eulalia, que convirtió la ciudad romana en cuna del cristianismo y en destino de peregrinaciones; por la visita que le rindieron a las puertas de san Pedro el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga; el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, y el presidente de la Asociación de la Virgen y Mártir santa Eulalia, Luis Miguel González, para explicarles los proyectos del Año Jubilar. Ha tenido un recuerdo para la juventud emeritense, presente y futuro de las cofradías de Mérida; para los enfermos y necesitados, por quienes se encuentran solos y por quienes pasan apuros económicos; y finalmente, ha transmitido a todos los fieles de Mérida que les recordará el Viernes Santo cuando presida en el Coliseo el Vía Crucis, que ellos también celebran en el anfiteatro, a la misma hora.

No se ha hablado de otra cosa el fin de semana en Mérida: el Papa ha estado con nosotros, nos ha dirigido la palabra; ha participado en nuestra Semana Santa, en la iglesia de nuestra “santita”. Y Eva ha recordado que “matar por odio a la fe sigue tan vigente como en tiempos de Nerón, Domiciano, Trajano o Diocleciano”. Como si nada hubiere cambiado; como si el tiempo se hubiere detenido y el sacrificio de tantos mártires, como el de Cristo, que diere su vida por traer la paz al mundo, no fueren bastantes.

El alcalde, emocionado como el que más, le ha dado las gracias a la pregonera porque “el Papa acaba de entrar, de tu mano, en la historia de la ciudad de Mérida, algo impagable, sabiendo que en la historia ningún Sumo Pontífice ha participado en ningún acto de la Semana Santa fuera de la ciudad de Roma”.

Hasta Mérida vinieron cónsules de Roma, como Agripa; algún presidente italiano, como Francesco Cossiga; embajadores, ministros…, pero, hasta ahora, ningún papa. Ya sí: ha estado el papa Francisco en la basílica de santa Eulalia, en el pórtico de la Semana Santa, con quien quiso ser embajadora de Mérida en la Ciudad Eterna.

Félix Pinero es académico correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

Imagen de la Basílica de Santa Eulalia de Mérida.