El encanto y la autenticidad de Ceclavín, un pequeño municipio en la provincia de Cáceres, podría ganar reconocimiento nacional gracias a su festividad navideña: La Borrasca. Esta fiesta rememora las tradiciones ancestrales de la región y ahora aspira a ser reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional.

La Borrasca de Ceclavín, que tiene lugar el 23 de diciembre, es mucho más que una simple celebración. Es un viaje al pasado, un retorno a las costumbres que han definido a esta comunidad durante generaciones.

En el centro de la festividad se encuentra la Machorrita, una cabra engalanada con ingredientes típicos de la cocina extremeña, que históricamente servía como alimento para los vecinos en Nochebuena. Las peñas locales desfilan por las calles con sus propias Machorritas, en un animado pasacalles que culmina en la Plaza de España, donde tiene lugar un concurso y una cena popular, en la que todos son bienvenidos.

Pero la Borrasca no se limita a las festividades en torno a la Machorrita. Los días 26 y 27, Ceclavín cobra vida con carreras de caballos por la calle Granadera. Los jinetes, siguiendo la tradición, suben a la ermita de la Virgen del Encinar para pedir protección antes de entregarse a la emoción de las carreras. Mientras tanto, los visitantes disfrutan de un convite popular, con dulces tradicionales como las florestas, las perrunillas y los coquillos, acompañados de vino de pitarra y anís.

La riqueza cultural y el arraigo de estas tradiciones han llevado al Ayuntamiento de Ceclavín a postular la Borrasca como Fiesta de Interés Turístico Nacional, un reconocimiento que destacaría no solo la singularidad de esta festividad, sino también el encanto de este pueblo de ermitas cuidadas con esmero por sus propios habitantes y su patrona, la Virgen del Encinar.

En la foto, fiesta de la Borrasca de Ceclavín.