Un vecino del municipio cacereño de Cilleros ha sido investigado por la Guardia Civil por considerarle responsable de la sustracción de un radar de Tráfico del que se apropió para evitar que la empresa en la que trabajaba descubriera que había utilizado la furgoneta de trabajo durante el fin de semana.

El hombre, de 53 años de edad, está acusado de la simulación de delito, apropiación indebida, hurto y daños en una investigación que se lleva a cabo por agentes pertenecientes al puesto de Cilleros junto al Grupo de Investigación y Análisis del Tráfico (GIAT) del Subsector de Tráfico de Cáceres.

La investigación comenzó con la denuncia que el propio investigado presentó ante el puesto de la Guardia Civil de Moraleja en la que aseguraba que le había sido sustraido el vehículo de empresa que utilizaba para el desempeño de su labor profesional. En su denuncia aseguraba que estacionó la furgoneta el viernes al llegar del trabajo y no volvió a utilizarla durante todo el fin de semana, entre otras cuestiones porque lo tiene prohibido en días festivos.

Según su relato de los hechos, el lunes, día 19 de febrero, cuando pretendía utilizar el vehículo para ir a trabajar, no se encontraba en el lugar en el que lo había estacionado. Pero la Guardia Civil ató cabos y comprobó que ese mismo fin de semana se había producido el hurto de un radar móvil y su trípode, perteneciente al Destacamento de Tráfico de Plasencia en la carretera que une las poblaciones cacereñas de Cilleros y Moraleja. Al tener conocimiento de estos hechos, los agentes comenzaron a indagar y, junto al GIAT, lograron esclarecer los hechos e identificar al presunto autor de los mismos.

UTILIZÓ EL VECHÍCULO

Los hechos que está investigando la Guardia Civil barajan la hipótesis de que el investigado sí había hecho uso del vehículo de empresa durante el fin de semana y llegó a circular por el tramo de la vía en el que estaba situado el radar móvil. La investigación trata de demostrar que el denunciante -ahora investigado- pretendió evitar cualquier prueba que pusiera de manifiesto el uso inadecuado que estaba haciendo de la furgoneta, en el caso de haber sido detectado por el radar.

Así, el investigado eludió el control establecido varios metros más adelante para evitar ser identificado y de regreso a su localidad pasó nuevamente por el lugar en el que estaba situado el radar y, tras hurtarlo, se deshizo de él varios kilómetros más adelante, provocando daños en el aparato y dejándolo en mal estado.

La Guardia Civil recabó varias pruebas durante la investigación que le han permitido investigar a este vecino de Cilleros como pretunto autor de los cuatro delitos. El radar móvil de Tráfico está valorado en 15.000 euros y ha podido ser recuperado, aunque presenta daños. Las diligencias instruidas han sido puestas a disposición de la autoridad judicial en Coria.