El Partido Popular (PP) ha reaccionado y ha convocado una reunión de la junta directiva autonómica y del comité ejecutivo regional para explicar a su militancia el fracaso de sus negociaciones con Vox en Extremadura, que han concluido dejando en manos del PSOE la presidencia del parlamento regional.

De este modo, la presidenta del PP extremeño, María Guardiola, pretende informar de puertas hacia dentro del desarrollo de las escuetas negociaciones que se desarrollaron con la formación política que preside Santiago Abascal desde el 28 de mayo en que se celebraron los comicios, hasta el 20 de junio, día de la sesión constitutiva de la Asamblea de Extremadura, y que quedaron reducidas a unos fugaces encuentros en Mérida.

Consciente del tremendo malestar que existe entre los militantes y simpatizantes del PP, y en una decisión sin precedentes, el partido ha convocado a la junta directiva y al comité ejecutivo en un acto que tendrá carácter abierto al que podrán asistir candidatos, apoderados, interventores y militantes. El encuentro será este martes, 27 de junio, a partir de las 19:30 horas, en un hotel emeritense.

En el acto intervendrán en primer lugar los presidentes provinciales del PP de Cáceres y Badajoz, Laureano León y Manuel Naharro, respectivamente, y a continuación el secretario general autonómico, Abel Bautista. Cerrará el acto la presidenta autonómica, María Guardiola, y concluirá el encuentro con un turno de ruegos y preguntas.

PREOCUPACIÓN EN EL PP

El PP de Extremadura tiene abiertos varios frentes para las próximas semanas y tres de ellos requieren atención inmediata. En primer lugar dar explicaciones a una militancia confusa que no comprende los motivos por los que la Asamblea de Extremadura ha quedado controlada por el bloque de la izquierda pese a tener un escaño menos. En segundo lugar ofrecer argumentos sólidos a su electorado para que le renueve su confianza de cara a las elecciones generales del 23 de julio. Y por último, acercar posturas con Vox para intentar presidir la Junta de Extremadura y evitar una hipotética repetición electoral que traería consecuencias imprevisibles para cualquiera de los partidos que concurrieran a los comicios.

Uno de los principales motivos de preocupación del PP es que la pérdida de la Asamblea de Extremadura provoque tal desencanto entre sus afines que les lleve a quedarse en casa en la próxima cita electoral, o bien que haya una fuga de votos hacia Vox. Aunque desde los órganos de dirección del partido se ha hecho piña para respaldar la decisión de María Guardiola, las bases no terminan de comprender tanta acusación a un partido con el que irremediablemente hay que alcanzar un acuerdo si la meta es la presidencia de la Junta de Extremadura.

«No puedo dejar entrar en el Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI».

Esta frase pronunciada por la presidenta popular el pasado martes tras perder la Asamblea de Extremadura caló tan hondo en Vox que Santiago Abascal llegó a dar un portazo definitivo al PP de Extremadura hace unos días si mantenía a su candidata de cara a una hipotética repetición electoral.

Tras la tremenda tormenta desatada, ambas partes han rebajado la intensidad de su discurso y al menos ya se vislumbran indicios de que es posible alcanzar un acuerdo para desalojar al PSOE de la Junta de Extremadura. Este mismo sábado, Abascal ha dicho en declaraciones a Vozpópuli que continúa con su mano tendida para lograr un acuerdo, aunque no ha olvidado lo sucedido.

«Que una señora nos insulte, nos diga que tenemos que darle los votos gratis, y además no ha ganado las elecciones pues, sinceramente, parece una película de ciencia ficción; entonces nosotros estamos absolutamente perplejos, con la mano tendida, dispuestos a hablar de políticas concretas como hemos hecho en Valencia, y dispuestos a hablar de la forma en la que nosotros participamos de esa alternativa que necesita Extremadura», ha dicho Abascal.

Vox no hace mención a sus exigencias iniciales: dos consejerías del Gobierno de Extremadura e, incluso, la vicepresidencia. La formación de Abascal ha tendido la mano al PP para sentarse a negociar los 50 puntos de su programa electoral con los que ha alcanzado acuerdos en otras comunidades autónomas, entre ellos el recorte del gasto público, sacar las ideologías de los colegios o la protección del campo.

Pese a todo, PP y Vox ya han perdido buena parte de su negociación en el camino tras dejarse escapar la Asamblea de Extremadura. Además de la presidencia, que la ostentará por tercera vez consecutiva Blanca Martín, el PSOE tiene la vicepresidencia primera de la cámara, con Lara Garlito Batalla, y la secretaria segunda, con Estrella Gordillo Vaquero. El secretario tercero de la Mesa será José Antonio González Frutos, de Unidad por Extremadura. El PP sólo tendrá dos miembros en la Mesa de la Asamblea, el vicepresidente segundo de la cámara, Manuel Naharro Gata, y la secretaria primera, Elena Nevado del Campo, mientras que el desacuerdo con Vox le ha dejado fuera.

En la imagen, María Guardiola y Abel Bautista, el pasado martes en Mérida, momentos antes de iniciarse la sesión constitutiva de la Asamblea de Extremadura.