En la localidad pacense de Azuaga, ha aparecido en la jornada de ayer un perro quemado en un descampado próximo a una vía pública. El hecho ha sido denunciado por vecinos que dieron parte del hecho y que, además, aseguran que es un problema recurrente en el municipio.

Los azuagueños manifiestan que es frecuente encontrar perros por las calles y entre las carreteras, buscando comida y agua para sobrevivir. Aseguran que la mayoría son víctimas del abandono o la falta de responsabilidad. Por su parte, la Policía Local de la localidad carece de un lector de chip, algo obligatorio en todo el país, por el que se pueda localizar al dueño y sancionarle o devolverle su mascota.

No obstante, este problema no solo pone en riesgo la vida de los propios animales, sino que también pueden exponer a otros, domésticos o salvajes, e incluso a personas. Por ejemplo, el mencionado perro calcinado y en plena descomposición se hallaba en un lugar transitable, una insalubridad que puede afectar a muchos.

Por otro lado, los vecinos señalan también al Ayuntamiento local ya que «no se compromete con su propia normativa en la que detallan un protocolo de actuación muy correcto pero que en la práctica es absolutamente inexistente». Azuaga dispone de una perrera, desde el año 2004 con una financiación de 600.000 euros que, sin embargo, jamás se ha destinado a sus funciones ni ha entrado en ella ningún perro. Los ciudadanos comentan que desde el consistorio han explicado que las instalaciones están en desuso «por falta de voluntad».