“He capeado dos crisis, la de la construcción y la del covid, pero tengo la sensación de que no puedo con la crisis que tenemos encima en el sector del transporte de mercancías”. Son las palabras que Jorge Pablo Gómez, transportista natural de Don Benito (Badajoz), esboza con un tono que denota cansancio, el mismo que provoca la asfixiante situación por la que atraviesa el sector como consecuencia de los elevados costes de los carburantes en la actualidad.

Por este motivo lleva manifestándose junto a otros compañeros desde el pasado lunes. Desde entonces, varios grupos de profesionales se dan cita diariamente en diversos puntos de la comarca de Vegas Altas para parar e informar a otros compañeros sobre los motivos para secundar el parón promovido por la Plataforma para la Defensa del Transporte Nacional.

Además, en la zona de Moraleja junto a la EX-A1, se llegaron a concentrar unos 200 camioneros nacionales e internacionales para mostrar su malestar por el precio de los carburante. Rubén Gómez, uno de los portavoces de los camiones asentados en esta zona, aseguró que el paro se está desarrollando con tranquilidad y con un alto nivel de seguimiento en esta comarca cercana a Portugal. De hecho, cuentan con la colaboración del consistorio que ha instalado aseos portátiles y se ha interesado por la problemática de los afectados.

Además,  junto a la rotonda de la plaza de toros de Don Benito, una treintena de profesionales han dedicado varias jornadas a repartir octavillas. El propio Jorge Pablo Gómez ha sido y es uno de los asiduos en este y otros puntos.

Él cree que la guerra de Ucrania es una «excusa», dice en relación a la subida de los carburantes, y añade que actualmente está trabajando a pérdidas. «Pagamos por el combustible el 40 % de todo lo que generamos y a eso hay que añadirle otros muchos gastos asociados».

Por ello, remarca que con los precios actuales no podrá aguantar mucho tiempo más y lamenta la «especulación» que hay en el sector.

Por eso pide comprensión y apoyo de otros sectores como el agrícola o el del pequeño comercio, que también se ve obligado a tener que afrontar afrontar altos costes de energías y carburantes.

«Son problemas a los que hay que decir basta», apunta. Y es que para él, si la situación no mejora pronto, se verá abocado a graves problemas económicos dentro del ámbito familiar.

«Aquí defendemos que a nuestras familias no les falte. Dentro de poco tendré que negociar mis deudas con el banco», confiesa, y agrega que después de haber hecho frente a varias crisis teme no ser capaz de sortear la actual.

Para él su trabajo lo es todo. De hecho, recuerda cómo desde bien pequeño le gustaba montarse en el camión junto a su padre, que fue transportista antes que él.

Hace 15 años, tras probar fortuna en otros sectores, decidió que el oficio que antes ejercía su progenitor quizás sería una buena opción.

En todo este tiempo, sin embargo, asegura que no ha visto una situación como la actual. «Hemos tenido algunas huelgas por problemas de logística o el aumento puntual de los combustibles, pero lo de ahora no lo he visto nunca», subraya.

«Ahora trabajamos a pérdidas. Si a mi me dan 1.000 euros por un viaje, me cuesta 800 euros nada más que en carburante. Ese porcentaje tan alto no puedo repercutirlo a la empresa que me paga el porte», analiza Gómez.

Por eso, ante una situación tan extrema y acuciante, cree que el Gobierno «debería hacer algo» para aliviar estos problemas.

«Estaría bien una bajada del IVA, de los impuestos de los combustibles o algo por el estilo», señala. De lo contrario, este transportista dombenitense cree que no podrá aguantar mucho más tiempo con esta situación. «Yo no me quiero quedar en casa, quiero trabajar y no puedo. Si esto se alarga caeremos muchos y se agravará la situación, sobre todo teniendo en cuenta que ya de por sí hay falta de conductores y camiones», pronostica.

Precisamente por eso cree que son necesarias medidas con carácter urgente y pide «solidaridad» para que el Ejecutivo tome alguna decisión sobre este sector que también genera «empleo y riqueza».

Por eso, porque quiere luchar por algo que considera legítimo, ya anuncia que tanto él como otros muchos compañeros están dispuestos a parar el tiempo que haga falta con tal de que se les reconozca y ayude ante la difícil situación que están padeciendo.