Agentes de la Guardia Civil, pertenecientes al Servicio Cinológico de la Comandancia de Cáceres, más concretamente el guía y el perro antidroga especializado en su detección, en colaboración con los funcionarios del centro penitenciario cacereño, realizan regularmente actuaciones preventivas para evitar la introducción, tenencia y tráfico de drogas en dicha prisión.

Estas actuaciones se enmarcan dentro del Plan General de Intervención para evitar la introducción, tenencia y tráfico de drogas en las prisiones por medio de perros especializados en su detección, puesto en marcha por parte la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y la Dirección Adjunta Operativa de la Guardia Civil.

El mismo trata de detectar la existencia de sustancias psicotrópicas en el interior de los centros penitenciarios y principalmente su introducción desde el exterior, con el objetivo de reducir el número de fallecidos en prisión por drogas y, por otro, el control de la misma dentro de las instalaciones penitenciarias y la disminución de la demanda entre los internos.

Para conseguir este propósito, de manera esporádica, el Servicio Cinológico de la Guardia Civil, en colaboración con funcionarios del Centro Penitenciario de Cáceres, en aquellos días y horarios que se consideren más oportunos, desarrollan actuaciones preventivas en el interior de la cárcel, en lo que adquiere un «especial protagonismo» el perro especializado en detección de drogas de la Comandancia de Cáceres, sobre todo durante el acceso de los visitantes a las comunicaciones con los internos.

Las inspecciones realizadas están dando «muy buenos resultados», sobre todo desde el punto de vista preventivo, si bien son destacables algunas como la realizada el pasado año, en que el perro detector de drogas de la comandancia «marcó» a una mujer cuando esperaba para visitar a un interno.

La misma, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa, llevaba introducidas en su vagina distintas cantidades de drogas, entre ellas, heroína, cocaína y hachís, e incluso un pequeño teléfono móvil y un papel en el que había anotado el número pin de este.

De igual modo, el pasado día 8 de marzo, el perro detector de drogas de la Guardia Civil localizó pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes en las dependencias de varios internos del Centro Penitenciario de Cáceres, consiguiendo ser retiradas y, por tanto, su consumo entre los mismos.

En estas actuaciones no se intervienen grandes cantidades de drogas sino pequeñas cantidades, por lo que se trata, principalmente, de prevenir para evitar la introducción de sustancias estupefacientes en los establecimientos penitenciarios, ha apuntado la Guardia Civil.

La droga es la segunda causa de muerte en la prisión y está detrás de muchos de los delitos que conducen a penas privativas de libertad, siendo la drogodependencia una de las causas más desestabilizadoras desde el punto de vista tratamental de los internos.

Por ello, la presencia de drogas en las prisiones afecta negativamente al normal desarrollo de los programas específicos y a la vida en su interior, ocasionando, entre otras, dificultades en la convivencia entre los internos y, en ocasiones, incluso la muerte, y es que, más de 2.000 internos reciben tratamiento contra la drogadicción en el interior de las prisiones del Estado.