Las llamadas de alerta de varios vecinos tanto al propietario como a la Guardia Civil han impedido durante la mañana de este sábado la ocupación ilegal de una vivienda en el municipio cacereño de Talayuela.

Los hechos han sucedido minutos antes de las 10.00 de la mañana, cuando una pareja de etnia gitana que iba con un bebé en brazos ha pegado una fuerte patada a la puerta de una vivienda en el número 1 de la calle Barrera y ha accedido a su interior. Varios vecinos que conocen al propietario de la casa le han alertado y ha llegado hacia las 11.30 de la mañana. El dueño ha entrado en su domicilio utilizando el mismo método de la patada en la puerta. Una vez en su interior ha logrado que los okupas desalojaran la casa de planta baja de su propiedad sin que se provocaran incidentes.

Al lugar de los hechos también se ha desplazado un equipo de Cruz Roja, pues los vecinos advirtieron que la pareja iba acompañada de un niño de corta edad. Agentes de la Guardia Civil de Talayuela también se desplazaron a la calle Barrera, pero no fue necesaria su intervención porque los okupas ya no se encontraban en el lugar.

Según los testigos consultados, el propietario de la vivienda reside en Navalmoral de la Mata, una circunstancia que podrían conocer los okupas, pues la casa se encuentra en una barriada poblada mayoritariamente por ciudadanos de etnia gitana que podrían haberle proporcionado la información.

En el caso de que la ocupación de la casa se realice en un domicilio en el que reside de forma habitual el propietario se produce un delito de allanamiento de morada, que conlleva la pena de entre seis meses a dos años de cárcel, y está recogida en el artículo 202 del Código Penal. Sin embargo, cuando la ocupación se produce en un inmueble que no se usa se trata de un delito de usurpación de viviendas, tipificado en el artículo 245 del Código Penal.