El Extremadura Arroyo se ha proclamado  campeón del Trofeo Diputaciones de Cáceres y Badajoz, tras imponerse por sendos resultados de 3-0 al C Pacense VB y a la AD VB Almendralejo, en una edición que se ha celebrado en el Pabellón Municipal de Coria, y que ha contado con la presencia del alcalde anfitrión, José Manuel García Ballestero, el diputado delegado del OAR, Pablo Enciso y el adjunto al diputado de Deportes, Lázaro García.

En ambos partidos, el técnico del conjunto arroyano, Adolfo Gómez, realizó múltiples combinaciones en su sexteto titular, en relación al presumible equipo titular, con ‘Nena’ como central, mientras maría Larrakoetxea y Beatrix Meléndez-Pál se alternaron en el pase.

A pesar de la contundencia de los resultados, los aficionados que llenaron el recinto deportivo cauriense disfrutaron en un voleibol de mucho nivel, con muchas acciones muy espectaculares que éstos supieron agradecer.

Por otro lado, el conjunto arroyano no pudo hacerse con la victoria este domingo en el último partido de pretemporada que se ha disputado en la localidad cacereña de Jarandilla, ante el Feel Volley Alcobendas, por el resultado final de 0-3 (20-25, 23-25 y 26-28). 

A pesar de la contundencia del 0-3 final, los tanteos de cada juego propiciaron un partido mucho más abierto e igualado de lo que pudiera parecer, pero el hecho de que el equipo que entrena Adolfo Gómez disputara tres partidos en menos de 24 horas volvió a pasar factura al conjunto cacereño.

Además, Gómez, que no ha parado de hacer probaturas en esta fase preparatoria de la temporada, quiso hoy hacer una más, al no dar ni un minuto de respiro a ninguna de las integrantes del septeto titular (seis jugadoras de cancha más la líbero).

Con Beu Meléndez-Pál al pase, Loly Camisón de opuesta, Helen Silva y Flavia Lima de centrales, y Yohana Rodríguez y Alba Sánchez de receptoras y atacantes por zona ‘4’, más Bea Gómez en el puesto de líbero, comenzó y terminó el partido.

Por su parte, el equipo madrileño demostró sobre el parqué del Pabellón Municipal de Jarandilla una mayor frescura en su juego, sobre todo en defensa en segunda línea, donde fraguó gran parte de sus opciones de victoria.