El toro de la peña El 27, Camisero, protagonizó una buena lidia en la zona de La Cava, la Rúa de los Paños, las calles de las Monjas y Carniceria en una tarde de San Juan en la que la afluencia masiva de público dificultó a los corredores poder resguardarse del astado.

Camisero, de procedencia Santa Coloma, fue también objeto de un gran espectáculo durante la lidia y la plaza que protagonizaron a partes iguales el toro y los recortadores de Coria y de la comarca. Los mozos realizaron saltos mortales, cabriolas y dieron un magnífico espectáculo al público presente.

El toro no bajó en ningún momento de la plaza de España hacia abajo y se centró en un ir y venir de la Cava a la Rúa de los Paños y a la calle del Rey. El astado cárdeno se movió con agilidad y arremetió en numerosas ocasiones contra las vallas, e incluso llegó a meter la mitad de la cabeza en el interior de una peña para susto de sus inquilinos. Su comportamiento generó respeto entre los mozos, especialmente cuando realizaba unos giros inesperados sobre sus pezuñas y se daba la vuelta.

Camisero salió a la plaza a las 19.58 minutos y abandonó el coso a las 20.30 por la calle de las Monjas. El público del graderío de la Catedral pudo ver al toro, pero sólo durante unos segundos, llegó hasta el antiguo Palacio Episcopal pero giró una vez más y se marchó en dirección a la calle del Obispo.

La muerte de Camisero se produjo a las 21.49 minutos en la plaza de San Pedro, después de recorrer las calles de Coria con la divisa colocada en todo momento y sin abrir la boca. Benjamín Clemente, asombrerao de "El 27" hizo una valoración positiva del animal, y ante todo valoró que ha habido un respeto hacia el animal.

Como anécdota, la polémica saltó en la plaza de toros durante la primera media hora cuando un corredor intentó guarecerse de los cuernos de Camisero encaramándose al graderío en la parte alta de la plaza y tuvo un enfrentamiento con una señora de la grada que no permitía que el mozo siguiera allí subido. De hecho, la discusión fue más allá y la mujer amenazó con pegarle al corredor y le dio algunos arañazos en el cuello. El público mediante abucheos y silbidos criticó la actitud de la mujer y con aplausos demostraron su apoyo al corredor, vecino de Coria. La Policía Local tuvo que hacer acto de presencia y cuando el hombre pudo dejar su refugio expresó en los micrófonos de Radio Interior que aún no había decidido si interpondría una denuncia por lo sucedido.