La oleada de incendios que golpea a Extremadura ha arrasado ya unas 25.000 hectáreas, con un perímetro aproximado de 310 kilómetros, según los últimos datos del Cecopi, Centro de Coordinación de Emergencias.

La situación más crítica se vive en Jarilla, donde el fuego permanece fuera de control y avanza condicionado por las extremas temperaturas y el viento.

El consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social de la Junta de Extremadura, Abel Bautista, ha expresado la máxima preocupación del Ejecutivo regional y ha asegurado que el incendio de Jarilla está totalmente desbordado y, en un 70% de su superficie, resulta imposible trabajar en su extinción.

Como consecuencia de la evolución de las llamas, alrededor de 250 vecinos de Rebollar tuvieron que abandonar sus hogares de forma urgente durante la noche del sábado. 

Los clientes del balneario Valle del Jerte fueron invitados a desalojar las instalaciones de manera voluntaria, mientras que en Segura de Toro continúa el confinamiento, con salidas previstas para personas vulnerables y la recomendación de tener preparadas maletas en caso de evacuación total.

OTROS INCENDIOS

En cuanto ala situación de otros de los incendios que hay en Extremadura, destaca el de  Aliseda, con más de 1.500 hectáreas afectadas, también mantiene en vilo a las autoridades. Allí, los residentes de la urbanización Cuartos del Baño han tenido que ser evacuados nuevamente.

En Casar de Cáceres, los vecinos de El Prado han podido volver a sus casas, aunque la zona de Las Viñas sigue desalojada. Además, permanecen activos otros focos en Logrosán y Membrío, así como en Llerena, Burguillos del Cerro y Alburquerque.

La combinación de altas temperaturas, baja humedad y viento complica las labores de extinción. El Gobierno regional ha movilizado todos los recursos disponibles y pide máxima colaboración ciudadana, recordando que las próximas horas serán decisivas para contener unos incendios que ya se consideran entre los más graves de los últimos años en la comunidad.