La Policía Nacional ha desmantelado una red criminal acusada de explotar sexualmente a mujeres latinoamericanas en un club de la provincia de Badajoz. En la operación, tres víctimas de trata fueron liberadas.

Según la investigación, el grupo captaba a mujeres en situación económica precaria mediante promesas falsas de empleo. Una vez en España, las retenían y sometían a explotación sexual, además de sufrir agresiones físicas y sexuales.

La intervención policial, desarrollada en la provincia pacense, concluyó con la detención de seis personas, dos de las cuales han ingresado en prisión preventiva. El club en el que se desarrollaban los hechos ha sido clausurado.

En dos registros simultáneos, los agentes incautaron 5.874 euros en metálico, dos coches, joyas, teléfonos móviles, diversas armas blancas, drogas y documentación relacionada con los delitos.

Las pesquisas comenzaron en febrero de 2025, a raíz de la denuncia de una víctima que relató haber sido engañada y obligada a ejercer la prostitución. Su testimonio permitió identificar a los seis integrantes de la organización, cada uno con funciones concretas: captación de mujeres, transporte de víctimas, gestión del negocio y suministro de drogas.

MUJERES ENGAÑADAS

Las mujeres eran atraídas con promesas de trabajo bien remunerado en España. A las que residían en sus países de origen, la red les pagaba los billetes de avión y les daba instrucciones para aparentar ser turistas ante un posible control policial.

Al llegar al club, les retiraban el pasaporte y les comunicaban que tenían una deuda superior a 8.000 euros, que solo podrían saldar mediante servicios sexuales. No recibían pago alguno, ya que el dinero lo cobraban directamente los miembros de la organización.

Estaban obligadas a estar disponibles las 24 horas y no podían salir salvo para atender a clientes. Vivían en una vivienda anexa al club, comunicada únicamente por una puerta, lo que facilitaba a la red el control y la discreción de la actividad ilícita.

DROGAS Y AGRESIONES FÍSICAS

Las víctimas sufrían agresiones físicas, humillaciones verbales y abusos sexuales por parte del principal investigado, que entraba en sus habitaciones sin consentimiento. Además, los clientes recibían drogas y, en ocasiones, las mujeres eran obligadas a manipular sus teléfonos para realizar transferencias bancarias a los responsables del club.

La Policía Nacional recuerda que dispone de la línea 900 105 090 y el correo trata@policia.es para recibir denuncias anónimas y confidenciales sobre este tipo de delitos, sin que las llamadas queden reflejadas en la factura telefónica.