Un incendio de gran magnitud declarado este domingo en la zona rural de Castelo Branco, municipio rayana con Extremadura, manitene en  alerta a las autoridades portuguesas. 

El fuego, que comenzó entre las aldeas de Almaceda y Padrão, ha consumido ya una amplia extensión de terreno forestal, impulsado por las condiciones meteorológicas extremas que afectan al país.

Aunque el avance de las llamas ha sido contenido en un 90 %, el incendio sigue activo y presenta focos en áreas de difícil acceso. Durante la jornada del lunes, los equipos de emergencia se han visto obligados a intensificar su labor para evitar rebrotes, especialmente por la presencia de viento cambiante y temperaturas inusualmente altas.

Más de 150 operativos, apoyados por casi medio centenar de vehículos y aeronaves de extinción, han sido movilizados desde el inicio del siniestro. La Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil ha señalado que la prioridad actual es salvaguardar a la población y mantener bajo control el perímetro del fuego.

El contexto climático no da tregua. Portugal atraviesa una ola de calor sin precedentes para esta época del año, con registros que han rozado los 47 °C en algunos puntos del país. Siete distritos, incluido Castelo Branco, se encuentran en estado de alerta máxima por el riesgo de incendios forestales.

Hasta el momento, no se han confirmado daños personales, mientras Protección Civil mantiene activo el nivel de vigilancia y recomienda a la ciudadanía evitar las zonas rurales y seguir las directrices oficiales.

Las autoridades lusas indican que las próximas horas serán decisivas para declarar la situación completamente bajo control.