El ganadero Victorino Martín sale por la puerta grande de Las Ventas en la corrida In Memoriam

El diestro y el ganadero a hombre en Las Ventas.
El ganadero Victorino Martín sale por la puerta grande de Las Ventas en la corrida In Memoriam

Victorino Martín dio la vuelta al ruedo a hombros junto al espada sevillano, Borja Jiménez, y ambos salieron por la puerta grande.

La Plaza de Toros de Las Ventas vivió  una tarde de profundo simbolismo con la celebración de la tercera edición de la corrida “In Memoriam Victorino Martín”. Con las entradas agotadas, el público respondió con fervor a un evento que, más allá del espectáculo, fue un tributo a uno de los nombres esenciales de la historia reciente del toreo.

Los diestros Borja Jiménez, el de Torrejoncillo, Emilio de Justo y Paco Ureña, se enfrentaron en un encierro íntegro de la ganadería Victorino Martín, cuyos seis ejemplares sobresalieron por su presentación impecable y el carácter propio del legendario encaste de la A coronada: toros serios, de gran movilidad y exigentes para los toreros.

La tarde alcanzó su punto álgido con la lidia del sexto toro, “Milhijas”, a cargo de Borja Jiménez. El sevillano firmó una faena de gran profundidad, con pasajes de toreo templado y ligado, que calaron en los tendidos. La petición mayoritaria de las dos orejas le permitió cruzar la Puerta Grande, cerrando así una tarde triunfal y cargada de simbolismo. La imagen de Jiménez saliendo a hombros junto a Victorino Martín García, hijo del homenajeado, fue el colofón de una jornada para el recuerdo.

Emilio de Justo también dejó su sello en el quinto de la tarde, al que entendió con solvencia y temple, rematando su labor con una estocada certera que le valió una oreja. Paco Ureña, por su parte, recibió ovaciones tras su primer toro, aunque sus actuaciones no alcanzaron el mismo nivel de conexión con el público.

Este homenaje taurino se consolida así como una cita imprescindible del calendario madrileño, no sólo por el nivel de sus protagonistas, sino por el respeto y la admiración que despierta la figura de Victorino Martín, ganadero afincado en la localidad cacereña de Moraleja desde hace años.

 La tarde del 15 de junio quedará grabada como un ejemplo de cómo la emoción, el toro íntegro y el buen toreo pueden reunirse en una plaza que mantiene viva la memoria de los grandes.

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