Este domingo día 30 de octubre la Asociación por el Mundo Salvaje, AMUS, liberará varios ejemplares de buitres leonados en la Sierra de Hornachos.

Cuando finaliza el verano y durante los primeros días del otoño los ingresos en los centros de recuperación tienen un denominador común: las admisiones de jóvenes buitres de la primavera pasada, y los ejemplares de especies muy diversas, sobre todo rapaces, abatidas por disparos.

En el caso de los buitres, el principal problema está en la normativa sanitaria que "concibe el campo con una extrema asepsia (como si de la mesa de un quirófano se tratara)" prohibiendo el abandono de reses muertas que ha generado una "gran crisis en el sostén alimenticio de las aves necrófagas".

AMUS entiende una mayor supervisión y gestión de la cabaña ganadera en aras de una nueva monitorización sanitaria que controle determinados agentes patógenos, "hasta aquí todo correcto, pero en el instante de que casi cualquier animal que fallezca en explotaciones ganaderas sea en potencia un vector de riesgo para una epizootia o zoonosis y que deba de ser incinerado pues como que entendemos que se han sobredimensionado determinados problemas sanitarios pasados".

Para la asociación, la gran problemática de los buitres junto a la antropización del medio o la pérdida de hábitat es el abandono por parte del hombre de actividades tradicionales ligadas a al modo de concebir biomasa, es decir al abandono del ganado muerto en el campo para su aprovechamiento por parte de las especies carroñeras…como se ha hecho toda la vida.