Dos años después de que el nematodo de la madera del pino llegase a Sierra de Gata la situación se encuentra bajo control, aunque según destacan desde el sector forestal no se puede bajar la guardia y por ello continúan las inspecciones y controles por parte del Seprona.

La comarca de Sierra de Gata es una de las dos zonas demarcadas por este foco infeccioso desde que se detectó su presencia en el año 2009. La otra zona afectada, también es limítrofe con Portugal y se encuentra en Pontevedra (Galicia).

Este gusano del nematodo de la madera del pino que ha afectado a la Sierra de Dios Padre, en Villanueva de la Sierra provocó la tala de 2.000 hectáreas de pinos para erradicar el brote infeccioso. Aunque desde Aeefor, la Asociación Extremeña de Empresas Forestales considera que la situación está controlada pero no existe una seguridad total y no se descarta que esta situación vuelva a producirse, según apuntó su presidente Francisco Castañares.

Después de la tala de los pinos afectados, se procedió a la reforestación de la zona con coníferas más resistentes a esta infección, en este sentido, Castañares considera que la administración actuó correctamente para parar el brote infeccioso.

Los trabajos de erradicación en las hectáreas afectadas por la enfermedad del gusano del pino en la Sierra de Gata le costaron a la Junta 2.478.000 euros. La operación consistía en talar los árboles afectados y regenerar la zona.

Los trabajos de erradicación los desarrolló la Administración regional y conllevaba la tala de árboles, el tratamiento de tocones y la regeneración pendiente, así como la muestra de árboles talados y la prospección adicional de plantas sensibles situadas en una franja de 100 metros. Entonces fue necesario inspeccionar los viveros forestales, las serrerías y las fábricas de palets con la toma de muestras para evitar la circulación de madera afectada y que el material se adecuase a la normativa. Unas inspecciones que continúan de manera periódica.