Navalmoral de la Mata ha vivido este fin de semana la coronación de reinas del Carnaval en un espectáculo lleno de luz y color en el que han destacado espectaculares diseños, cuidadas coreografías y una ambientación musical que ha encandilado al público.

El ayuntamiento está convencido de que es la mejor coronación de reinas de la Península Ibérica y lo hace después de recuperar la normalidad tras la crisis sanitaria que ha impedido la celebración del «Carnavalmoral» en su última edición tal y como se venía haciendo desde hace décadas. El 11 de febrero ha servido para abrir las puertas a un Carnaval muy deseado que se prolongará hasta que se proceda al entierro de la sardina el miércoles, 22 de febrero.

Sobre la pasarela instalada en el Pabellón Multiusos María Victoria Villalba desfilaron las reinas juveni e infantil, Elena Revuelto y Ainara Gómez, de 25 y 10 años de edad, respectivamente. La reina juvenil representa a la Peña Torremocha y el título de su alegoría era «Idun». El diseño fue realizado por los integrantes de su peña en colaboración con los componentes de Vértigo.

La reina infantil, Ainara Gómez, representa a la Peña Pequeños Aficionados, un colectivo ya clásico en los desfiles de Navalmoral de la Mata. Su vestido era una alegoría titulada «Paraíso del Ave Real» que fue diseñado por Angelines Sánchez Méndez. Una muestra de elegancia, colorido y simbiosis con el mundo de las aves que da relevancia a un abanico policromado espectacular.

Elena Revuelta desfiló con un espectacular vestido blanco y azul en el que destacan la pedrería y las plumas que simulaban unas alas de murciélago o mariposa. La explosión de los confetis que cayeron desde lo alto pusieron el broche de oro a una noche en la que la iluminación, el colorido de los vestidos y la ambientación musical anunciaron que comienzan los mejores días de diversión de todo el año en Navalmoral de la Mata.

Raquel Medina, alcaldesa de Navalmoral de la Mata, asegura estar rebosante de alegría después de haber logrado reconducir la situación. Está convencida de que el de este año tampoco será un Carnaval normal, sino el primero de una ciudad que trasciende del Campo Arañuelo y comienza a preparase para acoger ciudadanía
procedente de diferentes partes del mundo.

El Ayuntamiento de Navalmoral es consciente de los enormes sacrificios que realizan los vecinos, y en particular las peñas, para crear diseños dignos de pasarelas y ser la envidia de muchos otros carnavales, pero también de Cibeles y Milán. Institutos, padres, madres, fuerzas y cuerpos de seguridad, colectivos de voluntarios, la Comisión de Festejos, los agentes económicos, el personal sanitario, los empleados municipales y, en definitiva, todo Navalmoral, olvidan durante estos días sus problemas y abren las puertas a la fiesta grande, tan esperada a lo largo del año.

Alfredo Vizcaíno, concejal de festejos del ayuntamiento, recuperó la feria de cacharritos, llenó las mañanas de disfraces comiéndose el carnaval por una pata y devolvió el Carnaval al pueblo y a la calle, como ya hicieran, primero su padre, José Vizcaíno, y posteriormente su hermano, César Vizcaíno; el primero siendo parte activa de la organización del Carnaval y el segundo en su condición de concejal hace varias legislaturas.