El progresivo aumento de los precios del carburante, acrecentado tras la guerra en Ucrania, ha provocado una reducción importante de los puestos de comerciantes en los mercadillos de la región, pues para muchos de ellos las ventas previstas no compensan realizar el desplazamiento.

El presidente de la Asociación de Comerciantes Ambulantes de Extremadura (Acaex), Julián Cruz, ha manifestado a Efe que el mercadillo de Badajoz contó ayer con la mitad de los puestos habituales, mientras que al de Jerez de los Caballeros de este miércoles solo han acudido una decena de comerciantes.

El aumento del precio de los carburantes hace que muchos comerciantes vean inviable desplazarse de sus municipios de origen a los mercadillos para cuyo puesto tienen licencia, pues “los costes son mucho mayores a las ventas que se esperan conseguir”, más en un momento donde la afluencia de clientes ha disminuido además por múltiples circunstancias.

Cruz ha afirmado que el aumento del precio del diésel es por tanto la “puntilla” para un sector que desde la llegada de la pandemia ha visto como se reducía la actividad y las ventas.

Las restricciones no solo provocaron una disminución de clientes, sino que a su vez incentivó las compras online, por las que empezó a apostar un mayor porcentaje de la población extremeña, lo que ahora sufren los mercadillos.

Julián Cruz ha dicho que la situación es “insostenible” para muchas familias para las que el mercadillo es su fuente de actividad, por lo que la problemática redunda también “en el empleo de la región”.

Ante esta tesitura, la asociación trasladará a los municipios extremeños la necesidad de ayudas, bien a través de la recuperación de la exención de tasas por contar con los puestos establecida durante la pandemia o bien a través de subvenciones directas.

El objetivo, ha indicado, es “mantener esta actividad económica en la comunidad, que es una tradición en muchas ciudades y generadora de vida para múltiples pueblos”.

El presidente del colectivo ha pedido a ciudades como Badajoz que retornen las iniciativas de ayuda impulsadas durante la pandemia, y a consistorios como Cáceres o Mérida, de los que el sector ha echado en falta medidas de apoyo durante toda la situación sanitaria, que empiecen ahora a apostar por ellas si quieren que los mercadillos se mantengan.

Paralelamente solicitarán ayudas a la Junta de Extremadura.