No nos gusta la muerte, pero tenemos que contar con ella. Por desigualdades, cada 4 segundos muere una persona en el mundo, cada hora 900, cada día 21.500, cada año 7.884.000 y cada dos años 15.768.000 personas. (cf Informe Oxfam).

El Covid-19, 5.600.000 muertes en dos años. El Covid es una enfermedad para todos, sin distinción de ricos o pobres, aunque suele ensañarse más con los más débiles, con los que no han tenido acceso a la vacuna.

La otra pandemia, la desigualdad, es exclusiva de los pobres, los que no tienen vacuna contra la desigualdad.

¿De dónde habrá salido el “virus” de la desigualdad? Todos somos responsables, de algún modo, con esta otra pandemia y queremos reseñarlo aunque pueda suponer cierta intranquilidad de conciencia.

La pandemia de las desigualdades no suele dar fiebre, suele dar muerte y nuestras conciencias no estarán tranquilas mientras las desigualdades lleven a estas cifras de muerte.

Desde 1995, el 1% más rico ha acaparado cerca de 20 veces más riqueza global que la mitad más pobre de la humanidad (cf. Informe Oxfam)