Siete nuevas rutas turísticas senderistas invitan a recorrer la ciudad de Badajoz a pie o en bicicleta vinculadas a la naturaleza y espacios como la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) del río Guadiana o la dehesa de su término municipal, así como la historia a través de enclaves como el ya desaparecido Fuerte de Telena, la Villa romana de la finca ‘La Cocosa’ o el yacimiento arqueológico calcolítico de El Lobo.

El concejal delegado de Turismo, Jaime Mejías, ha presentado este martes en rueda de prensa telemática la iniciativa ‘Badajoz senderista. Rutas de patrimonio y naturaleza’, el nuevo proyecto en el que el equipo de la Concejalía de Turismo y Patrimonio Histórico está trabajando en las últimas semanas y que ha calificado como «muy bonito y muy ilusionante».

En su intervención, Mejías ha recordado que el término municipal de Badajoz es de los más amplios de la península Ibérica y el que más kilómetros de dehesa y senderos tiene en Extremadura, ha puesto en valor la importancia de la «riqueza natural» dentro de la ciudad, que la Concejalía quiere desarrollar en pro de turistas y pacenses.

De este modo, el proyecto presenta una serie de rutas senderistas al servicio de pacenses y turistas que unen naturaleza e historia, ante lo cual ha agradecido el «enorme» trabajo del personal de la Concejalía de Turismo en el desarrollo de esta iniciativa que pretende dar a conocer el «riquísimo entorno natural de nuestra ciudad, como también el entorno histórico y arqueológico».

Según ha concretado, estas rutas están a disposición de pacenses y turistas a través de la página web del Ayuntamiento de Badajoz, la de la Concejalía de Turismo y de Google maps, de manera que el propio móvil va guiando y contando qué se va viendo al paso de estas rutas y los hitos o lugares interesantes.

«Es una mezcla mágica, porque nos podemos deleitar, como digo, de entornos naturales maravillosos que tenemos dentro de la ciudad de Badajoz y muy cerquita del casco urbano, como también de flora, fauna y episodios históricos que han ocurrido en Badajoz», ha destacado, junto a ruinas o yacimientos históricos en el casco urbano pacense y sus alrededores, a la vez que ha matizado que las rutas discurren por senderos públicos y servidumbres de paso, salvo «contadas ocasiones», y se pueden realizar a pie o en bicicleta.

La primera ruta, al Azud y Telena por el río, destaca la Zona ZEPA que tiene la ciudad con una distancia de 15 kilómetros, circular y un tiempo aproximado de tres horas, en las que se pueden observar las especies ornitológicas de la ZEPA urbana del Guadiana, ha detallado Mejías, que ha sumado que discurre por la charca de los Pollos o el Fuerte de Telena, una fortificación abaluartada del siglo XVII ya desaparecida y que protegía el antiguo camino de Olivenza.

La ruta dos es la de San Isidro, con una distancia de 10,5 kilómetros, también circular y con un tiempo aproximado de dos horas en torno a Tres Arroyos, los miradores y la ermita de San Isidro y la fauna y flora típica de la dehesa extremeña.

Por su parte, la tercera ruta, Cerro del Viento, Malos Caminos y puentes, tiene una distancia de 17,4 kilómetros y es lineal con una duración de unas 3 horas por el Cerro de los Mayas, donde estuvo situado un fuerte terrero en 1658 durante el asedio portugués a Badajoz en la Guerra de la Restauración portuguesa; o el Cerro del Viento, en el que estuvo situada la línea de ataque francés comandada por el mariscal Soult en 1811 en la Guerra de la Independencia.

En el caso de la cuarta ruta, de Las Vaguadas a La Cocosa, es de 25,5 kilómetros y un tiempo aproximado de unas 5 horas, más apta para hacer en bicicleta y de la que el edil de Turismo ha destacado la Villa romana de ‘La Cocosa’, un complejo agroganadero romano ocupado desde finales del siglo I al VII d.C. con dependencias que incluyen una zona residencial con termas.

La quinta ruta discurre por el río Gévora y el puente de Cantillana, es circular con 10 kilómetros con una duración aproximada de dos horas, y atraviesa tanto la zona ZEPA, como el Molino de los Moscoso, la antigua fábrica de luz, el Canal de los Ayala, la Pesquera y el puente de Cantillana, además del Cerro de Santa Engracia donde tuvo lugar la batalla de Gévora en 1811.

Finalmente, la ruta seis de unos 12 kilómetros recorre Las Crispitas y El Lobo, este último un yacimiento arqueológico calcolítico del tercer milenio a.C. excavado en la década de los años 70 del siglo XX que actualmente se encuentra cubierto por sembrados, sobre lo cual Mejías ha expuesto que es «imposible atestiguar su presencia», mientras que la ruta siete es la de Bótoa, de 18 kilómetros, lineal y que se recomienda hacer en bici por la distancia, entre el hornabeque de Puerta de Palmas y la ermita de Bótoa.

Por último, Jaime Mejías ha hecho hincapié en que estas siete rutas ya están colgadas en la página web de la Concejalía de Turismo y son una «opción muy buena», ahora que viene el buen tiempo y el verano y en este tiempo de pandemia en el que es recomendable hacer actividades al aire libre; por lo que ha confiado en que se disfrute de las mismas y se aprenda «un poco más» del patrimonio histórico de la ciudad, combinado con el deporte y la naturaleza.