Despertó como si se tratase de un sueño, así amaneció Alejo Leal, traumatólogo de Cáceres después de haber estado 53 días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Pedro de Alcántara.

El coronavirus le cambió la vida a este cacereño de 59 años que se contagió a comienzos de la pandemia. Fue en marzo cuando comenzó a sentir malestar. “Me sentí constipado al bajar de la Montaña con mi bicicleta y decidí ir al hospital. Cada vez me encontraba peor hasta que acabé en la Unidad de Cuidados Intensivos”, ha explicado.

Fueron 60 los días que permaneció en el hospital, en esta ocasión, como paciente. De ellos, 53 fueron en la UCI de la que salió el 13 de mayo de 2020 tras una larga lucha contra el coronavirus.

«Entré en la UCI para descansar y desperté 53 días después», así resume su experiencia este sanitario que pidió de manera voluntaria su ingreso en la unidad para descansar de los efectos que la tos y la falta de aire le estaban causando.

Pasaron días sin que este cacereño se desconectara de las máquinas, sin embargo, tras dos experiencias cercanas a la muerte, el día cincuenta y tres, despertó. Su familia vivió angustiada y con miedo los efectos del virus que aún continúan afectando a este traumatólogo.

Leal se ha ido marcando pequeños objetivos a lo largo del tiempo, pero lo que más le costó fue volver a caminar. Fueron tres los meses en los que tardó el levantarse de la silla de ruedas y conseguir mantenerse en pie. Un logró que dejó un buen sabor de boca a este médico cacereño.

Aún así, este sanitario tiene secuelas respiratorias y trabaja a media jornada. “No puedo caminar mucho porque los pulmones se me resienten y tengo menos fuerza en manos y piernas, pero estoy adaptado. No tengo grandes problemas después de todo lo que ha pasado. Soy afortunado”, ha concluido.