En un artículo de Tomás Ferrer titulado ‘Trabajadoras y trabajadores de la geriatría: héroes sin aplausos’ se dice que «el descalabro producido por el coronavirus ha agravado la dramática situación de falta de personal de las residencias geriátricas. El ensañamiento de la epidemia con los más mayores ha puesto el foco en el estado de muchas instalaciones y en las muy difíciles condiciones de trabajo que sufren los profesionales. El punto más dramático es que todo ello había sido anunciado por los trabajadores y nadie les hizo caso».Al igual que los trabajadores y trabajadoras de la geriatría, los familiares de residentes hemos demandado a los responsables políticos e institucionales, desde un primer momento, el refuerzo de las plantillas, la sustitución del personal en situación de baja laboral, mascarillas, EPIs, así como la realización de test; incluso fuimos los familiares de residentes los primeros en instar a la ITSS de Cáceres a que los requiriera a la Junta de Extremadura. «Los equipos de protección (EPIs) no empezaron a usarse hasta que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social emitió un requerimiento a la Junta para que lo hiciera de «forma inmediata y generalizada» a todos los trabajadores del centro».

Como afirma en prensa Juan Luis Ronco, auxiliar de una residencia de mayores en la ciudad de Cáceres, «solo nuestros mayores y sus familias saben cómo hemos luchado contra este virus».

Tanto familiares de residentes como trabajadores, en la campaña ‘Marea de residencias’ hemos manifestado que «Nuestro objetivo es conseguir dignificar la vida de las personas que viven en las residencias, así como las condiciones laborales de los trabajadores; para ello exigimos la urgente tramitación de una ley de residencias que garantice la dignidad de las personas residentes y fije unas ratios de trabajadores adecuadas al grado de dependencia».

Desde estas líneas queremos reiterar lo que siempre hemos dicho en cada una de nuestras intervenciones, que los familiares de residentes hemos apoyado y seguimos apoyando, y los hechos así lo prueban, a los grandes profesionales que trabajan en las Residencias de Mayores y, en especial, de la Residencia Asistida «El Cuartillo» de Cáceres. Lo único que como familiares de residentes se ha reclamado es lo que los mismos trabajadores demandan «La calidad en la atención hacia nuestros usuarios se resiente, ya que nos vemos desbordados por la carga asistencial».

En estos momentos en los que todo el mundo se suma a los pomposos homenajes institucionales a las víctimas y a los trabajadores sanitarios, lo que pedimos, tanto los familiares de las víctimas como los trabajadores de la Junta de Extremadura, es que se haga memoria y se reconozca el trabajo de los que verdaderamente salvaron las vidas de los ancianos que han sobrevivido a esta pandemia, cumpliendo la administración los compromisos de subida salarial y reconocimiento de la carrera profesional a los mismos; así como que se nos diga la verdad y se nos responda con sinceridad a las preguntas que, tanto familiares como trabajadores, a la Junta de Extremadura le formulamos.