ISABEL BARRANTES 

 

El último encierro matinal de San Buenaventura se ha desarrollado de una manera rápida y limpia. Las diez cabezas de ganado, seis novillos y cuatro mansos, han efectuado el recorrido en poco más de dos minutos.

Cabe destacar que finalmente no han recorrido las calles de Moraleja los astados de la ganadería José Luis Bertol, sino toros de diferentes ganaderías, entre las que se encuentran los hierros de Torregrande, Jara de Retamar, Guadajira y Vista Alegre.

Desde el comienzo del encierro los astados se han disgregado. Encabezaban la manada tres novillos, seguidos por el grueso compuesto por tres mansos y otros dos novillos, de modo que la manada la cerraban un manso y un novillo que se quedaban un poco más rezagados.

Una vez en el albero de la Plaza de Toros de Moraleja, uno de los novillos ha puesto en apuros a un pastor que ha conseguido escapar de los cuernos del astado saltando la valla de protección de los corrales.

Según han indicado los servicios médicos instalados en la Plaza Colón no se ha registrado ningún herido durante el encierro y tampoco durante la posterior lidia de la vaca, la cual al embestir contra una talanquera se ha partido uno de los cuernos.

El primer edil del municipio, César Herrero, ha hecho un balance positivo del transcurso de las fiestas y ha destacado la gran afluencia de público con la que han contado los diferentes eventos y actividades programados.