La Romería de la Virgen de Argeme es una fiesta laico-religiosa que se celebrará este lunes  en el Santuario de Nuestra Señora Virgen de Argeme.

Se trata del homenaje anual que  la ciudad de Coria dedica a su Patrona con una Misa Mayor, presidida por el Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, que da paso al posterior disfrute de los asistentes de un agradable y festivo día de entre familiares y amigos en los numerosos tenderetes habilitados en los alrededores de la Ermita.

Es un día para disfrutar de la naturaleza, la gastronomía y de la amabilidad y la hospitalidad de los caurienses con los que a buen seguro podrá departir, compartir y divertirse en la verbena popular que, organizada al final de la tarde, se prolongará hasta bien entrada la medianoche. Se espera la asistencia de cientos de personas como ha ocurrido en anteriores ediciones.

 LA LEYENDA 

Cuenta la leyenda mariana que hacia los albores del S. XIII (1200 d.C.), tras la cruzada cristiana llevada a cabo por estas tierras contra los invasores islámicos, un labriego de origen musulmán araba las heredades de un cristiano viejo próximas al altozano que preside el mirador del río, con el objeto de convertir estos campos en fértiles tierras de labor. Cierto día, el labriego se sorprendió cuando la yunta de bueyes que tiraban del arado se paró de repente ante el atrancamiento del mismo con un pétreo obstáculo al que el labrador no dio la mayor importancia, insistiendo a sus bueyes en reanudar la marcha, mientras gritaba al predilecto de sus bóvidos: ¡Ara, Geme, ara! ¡Ara, Geme!.

Sin embargo, todo esfuerzo resultó inútil, por lo que el avezado yuntero procedió sin más, a retirar la losa en la que había quedado atrapada la reja, descubriendo, con sorpresa y admiración, una pequeña talla de la Virgen María que, en otro tiempo, habría sido depositada cuidadosamente sobre dicha fosa. Sin pensarlo dos veces, el hombre recogió lo que creyó ser una pequeña muñeca y la introdujo en unas alforjas que depositó entre sus pertenencias y aperos, y volvió de nuevo a su trabajo.

A la puesta de sol, tras una larga y dura jornada, después de recoger todas las herramientas y enseres, el labriego marchó a su morada contento de portar un regalo para alguna de sus hijas. Pero cuál no sería su sorpresa al comprobar que éste había desaparecido, posiblemente perdido por el camino en el regreso. A la mañana siguiente, dispuesto a reanudar las tareas de laboreo, comprobó con sorpresa que la muñequita se encontraba nuevamente en su antiguo depósito.

Sin poder dar explicación alguna ante lo sucedido, prosiguió la jornada de trabajo repitiendo al atardecer los mismos pasos y acciones del día anterior. Los hechos, también se repitieron al volver a casa. Al amanecer, inquieto por lo que podía ser un acto de brujería, volvió al mismo lugar y, tembloroso, la encontró depositada en el mismo hoyo del primer día.

El labriego corrió apresuradamente a la ciudad para dar cuenta a su amo de tan singular hecho; éste lo anunció a las autoridades pertinentes, quienes, ante su asombro, comprobaron la veracidad de lo acontecido, y atestiguaron, atónitos, que se encontraban ante un suceso sobrenatural o milagroso. El revuelo y difusión de tan milagroso hallazgo tuvo como consecuencia inmediata la construcción de una modesta ermita sobre el lugar de los hechos; colocando un altar sobre la oquedad en la que adujeron, se manifestó la Santísima Virgen.

Pronto el lugar se convertiría en lugar de culto y peregrinación de devoción mariana; bautizando los lugareños a su aclamada Virgen con el nombre del recordado buey: ¡La Virgen de Ara-Geme!; advocación que más tarde, por simplificación de la fonética, pasaría a denominarse como Virgen de Argeme, canonizada el 20 de mayo de 1955.

 Así, en honor a la Patrona de la Ciudad se celebra cada año, el lunes siguiente al segundo domingo de mayo, una solemne Misa y Romería en las inmediaciones del Santuario; y en la que los allí congregados pasan un festivo día de campo bajo las sombras de las centenarias encinas y arboledas que pueblan estos parajes.

LA ERMITA

 Elevado sobre un altozano a orillas del río Alagón, se localiza el Santuario de Ntra. Sra. de Argeme. Se trata de un edificio de estilo barroco que acoge a la venerable patrona de Coria, cuya leyenda se remonta a los tiempos de invasión islámica. El edificio de estilo barroco dieciochesco que actualmente podemos contemplar, es una obra datada a finales del siglo XVII con reformas ejecutadas durante el siglo XVIII y primeros años del siglo XIX.

Muestra en planta, trazado rectangular de única nave dividida en tres tramos por arcos fajones de medio punto que apoyan sobre pilastras y que se cubren con bellas bóvedas de aristas.

Sobre la cabecera, se proyecta una cúpula sustentada sobre pechinas que se recubre al exterior con un tambor poligonal que destaca sobre el resto de la cubierta realizada a dos aguas. Es en esta zona, en la que queda hospedado el camarín: estancia en la que se alojaba la imagen de la Virgen. Adosada también a la cabecera, se halla la antigua casa del ermitaño.

La fachada principal está precedida de un pórtico configurado por triple arcada de medio punto que repite modelos palladianos (arco central más amplio que los otros dos laterales), enmarcados por finas y labradas fajas que repiten la estructura anterior. Se corona todo el conjunto, con pináculos y una monumental espadaña, ligeramente retrasada hacia la parte izquierda, que aportan a la obra un bello aspecto, estético y decorativo, muy barroco.

Las fachadas laterales están cubiertas por medio de soportales sustentados a base de pilares elevados sobre un podium corrido, sobre los que descansa la prolongación del tejado del edificio. Fueron alzados a finales del siglo XVIII, con el objeto de albergar las tiendas o tenderetes improvisados de los vendedores ambulantes que acudían en los días de Ferias (Mayo y Septiembre).

La Ermita, construida en mampostería, enlucida y encalada en su totalidad, ha sido sometida a obras de emergencia y consolidación dado su deficiente estado de conservación, con el objeto de proceder a su revitalización y uso como espacio sagrado y de culto mariano. El precario estado en el que se encontraba durante los años setenta del siglo XX, propició que fuese desalojada y trasladada la imagen de la Virgen, el retablo Mayor y otros elementos decorativos, a la Ermita Moderna levantada a pocos metros e, inaugurada, el 20 de mayo de 1972. Este bello Santuario del Barroco dieciochesco español fue declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter Nacional por Real Decreto, el 30 de marzo de 1983.

 

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