Durante este fin de semana, decenas de miles de ciudadanos de más de medio centenar de localidades españolas saldrán a la calle simultáneamente, Extremadura se sumará a esta movilización estatal a través de una manifestación en la ciudad de Cáceres, el sábado 16 de octubre, que saldrá a las 12:00h desde la Cruz de los caídos bajo el lema la pobreza no está en crisis, aumenta.

El número de personas que viven en pobreza extrema ha aumentado hasta alcanzar la cifra de 1.400 millones. Ya son casi 1.000 millones las que pasan hambre a diario. Y la pobreza no cesa de crecer a la par que las desigualdades. Hoy en día el 1% de la población mundial controla el 50% de la riqueza y el 20 % consume el 80% de los recursos.

Incluso en Europa, 80 millones de personas viven en situación de pobreza y exclusión social. Un cuarto mundo en el primer mundo, que convive con la opulencia en condiciones inaceptables. Los derechos sociales, económicos, laborales y ambientales de millones de personas se han visto recortados por unos gobiernos acorralados por las Instituciones Financieras Internacionales que han sembrado deuda ilegítima en innumerables países empobrecidos.

Las medidas anunciadas hasta ahora por el conjunto de países más poderosos son meros parches que se dirigen sólo a las consecuencias de la crisis y no cuestionan el modelo estructural que la ha causado. Los planes gubernamentales se empeñan en seguir adelante con el actual modelo económico de producción y consumo desenfrenado que ahondan en la crisis, perpetúan la pobreza y ponen en serio peligro la vida en el planeta, como lo ha demostrado el hecho que la comunidad internacional se mostrara incapaz de luchar eficazmente contra el cambio climático.

La lucha contra la pobreza es responsabilidad de todos y todas. Debemos exigir a los Gobiernos el cumplimiento de sus compromisos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Pero la ciudadanía debe exigirse a sí misma coherencia y solidaridad porque el cambio global que necesitamos solo será posible gracias a la suma de los cambios individuales que nos lleven a una universalización de los derechos y a un desarrollo sostenible. Las políticas de nuestros estados y las acciones individuales deben de estar alineadas con valores de justicia, igualdad y solidaridad con los más empobrecidos.