Como cada verano, la perrera ha visto aumentada su actividad durante estos meses. Según María Salud Mateos, presidenta de la Protectora de Animales, el número de animales recogidos por la perrera ha crecido este año casi un 50% desde la primera semana de julio, mientras que las adopciones han disminuido hasta un 40%.

José Gil, responsable directo de la perrera, afirma que en la gran mayoría de los casos se trata de abandonos: "la gente no quiere llevarse a sus mascotas de vacaciones y en vez de dejarlos en una residencia canina, que hay bastantes repartidas por la geografía española, las abandonan", aunque en verano también se producen muchas pérdidas: "en julio encontramos un perro perdido que llevaba chapa de identificación y gracias al nuevo detector de microchips encontramos a sus dueños, que eran de León y habían pasado por aquí para hacer turismo".

Por otra parte, Gil comenta que la sensibilidad social parece haber aumentado en los últimos años y el número de abandonos ha disminuido sutilmente, "aunque este verano haya habido algunos abandonos menos, ha habido bastantes y es algo que se repite cada año y tiene que cambiarse desde la concienciación".