El Ayuntamiento de Hoyos y el Obispado de la Diócesis de Coria-Cáceres han formado una comisión de trabajo para preparar una serie de actos de cara al año 2009 y conmemorar el segundo centenario de la muerte del obispo Álvarez de Castro.

Juan Álvarez de Castro nació en la localidad toledana de Mohedas de la Jara y fue preconizado obispo de Coria en el año 1790. Álvarez de Castro trasladó su residencia a Hoyos en 1805 debido a su delicado estado de salud y allí murió al parecer, fusilado por las tropas francesas en 1809. Con motivo de esta efeméride, el ayuntamiento de Hoyos se ha puesto a trabajar para recordar esa parte de la historia. Su alcalde, Marcelo Hernández, manifestó que aunque ya han comenzado a trabajar de manera conjunta con el obispado y han celebrado una primera reunión en los próximos meses se irán perfilando todas las actividades y no descartan escenificar una obra de teatro.

Según algunos escritos, los restos del obispo fueron enterrados en la iglesia de Hoyos, por lo que desde el ayuntamiento no descartan investigar esta posibilidad y averiguar a través de las técnicas actuales si se encuentran esos restos en la iglesia como atestiguan ciertos documentos. Hernández también se mostró partidario en que la comisión de trabajo sea mixta para organizar actividades durante todo el año que viene.

El Ayuntamiento de Hoyos en 1907 le dedicó la calle en la que se encontraba la casa donde el obispo fue asesinado y el cabildo de Coria, en el centenario del sacrílego acto, colocó en el claustro de la catedral una lápida con la siguiente inscripción: "Sea perenne entre nosotros la memoria del esclarecido obispo, Ilmo. Sr. Dr. D. Juan Álvarez de Castro, quien después de consagrar su vida a las tareas apostólicas y sus bienes al socorro de los pobres y a la defensa de la patria, murió asesinado por las tropas francesas en Hoyos, a 29 de agosto de 1809, a la una de la tarde, a los ochenta y cinco años de edad y siete meses. El Cabildo Catedral en el primer centenario de la gloriosa independencia española, dedica este humilde recuerdo al heroísmo y caridad de tan venerable prelado".

También El Ayuntamiento de Mohedas de la Jara, en agosto de 1950, puso el nombre del obispo a la calle en la que había nacido y dedicó una placa conmemorativa a la memoria del ilustre hijo de aquel pueblo.