El Sindicato de Bomberos Forestales de UGT ha advertido del «elevado porcentaje» de plantilla envejecida en regiones como Extremadura, donde el 40 % de bomberos está por encima de los 55 años, lo que aumenta «el riesgo de accidentes durante las emergencias» por las condiciones físicas y los problemas de salud que pueden ocasionar las labores de extinción.

En su «Informe sobre la evolución de los incendios forestales en España» denuncian la precariedad laboral del sector frente a fuegos «cada vez más agresivos».

El responsable de esta área en el sindicato, Ángel Rubio, ha advertido este miércoles de que el aumento de contratos temporales durante los meses de prevención, sumado a unas condiciones climáticas «cada vez más extremas», ha provocado que los profesionales «se sientan incapaces de hacer frente a estos desastres».

Como ejemplo del panorama actual, ha recordado que en 2021 se han vivido «menos incendios, pero más agresivos», como el siniestro de Sierra Bermeja, en Málaga, calificado «de sexta generación», en el que murió un bombero y fueron arrasadas 9.581 hectáreas, según los últimos cálculos de la Junta de Andalucía.

La secretaria de Administración autonómica, local y de servicios de la FSP-UGT, Joana Mor, ha insistido en señalar la temporalidad del colectivo como uno de sus principales problemas, además de «la falta de homogeneización» entre las condiciones de las Comunidades Autónomas y el Gobierno central.

Ello afecta tanto a la financiación para la prevención de los fuegos como a las diferencias de organización del colectivo, lo que, según Rubio, «dificulta mucho recabar datos sobre bomberos, cuadrillas o agentes forestales, ya que en cada sitio lo llaman de una forma distinta» o directamente impide la formación adecuada de un cuerpo de este tipo porque algunas regiones carecen del «dinero suficiente para abordar el problema».

A su juicio, esto justifica la creación de un nuevo Estatuto del Bombero Forestal que permita fijar «una cartera de mínimos para un servicio adecuado».

Una estabilización laboral de los bomberos forestales a lo largo de todo el año permitiría, además, que éstos pudieran formarse durante los períodos de menor riesgo, con objeto de hacer frente a la agresividad de unos incendios que «es potenciada por el cambio climático».

«Los incendios no se apagan solo en verano», ha añadido, por lo que ha reclamado una mayor concienciación sobre ellos, especialmente en las zonas rurales, aplicando el foco a los meses anteriores, cuando es «imprescindible que los profesionales preparen las masas forestales y realicen trabajos preventivos para evitar que el fuego llegue a las puertas de nuestras casas».

Los dos expertos de UGT han coincidido al señalar que el problema se incrementa con el abandono del medio rural en la llamada «España vaciada», ya que «cada vez es más difícil mantener el monte limpio», por lo que los contratos laborales estables «fomentarían el asentamiento de la población y frenarían el acusado abandono del medio natural». EFE