• Menú
    Translate to English
miércoles. 27.08.2025 |
El tiempo

La digitalización transforma la vida rural en Extremadura: del teletrabajo al ocio online

La digitalización transforma la vida rural en Extremadura: del teletrabajo al ocio online

Uno de los errores más habituales cuando se habla de digitalización en áreas rurales es pensar únicamente en la velocidad de internet. La realidad es mucho más amplia.

Durante años, hablar de digitalización en el medio rural parecía casi una quimera. Sin embargo, en los últimos tiempos el avance tecnológico ha llegado a los pueblos de Extremadura con más fuerza de lo esperado. La mejora de las infraestructuras de fibra óptica, la cobertura 5G y los programas de formación digital están cambiando la manera en que los ciudadanos de zonas pequeñas trabajan, se relacionan y disfrutan de su tiempo libre. Lo que antes era una limitación, hoy se ha convertido en una oportunidad que impacta directamente en la economía y en la calidad de vida.

Conectividad como motor de cambio

Uno de los errores más habituales cuando se habla de digitalización en áreas rurales es pensar únicamente en la velocidad de internet. La realidad es mucho más amplia. La conectividad no solo permite descargar archivos más rápido o hacer videollamadas sin cortes, también significa poder atraer teletrabajadores, fomentar el emprendimiento digital y facilitar trámites administrativos que antes obligaban a largos desplazamientos.

En municipios como Hervás o Arroyo de la Luz ya se han instalado pequeños hubs de teletrabajo, donde profesionales de la programación o el marketing desarrollan su actividad sin necesidad de vivir en una gran ciudad. Según datos de la Junta de Extremadura, más de 300 emprendedores han participado en programas de coworking rural en los últimos tres años, lo que supone un cambio de paradigma para comarcas tradicionalmente vinculadas sólo al sector primario.

Nuevas formas de economía local

La digitalización no solo ha favorecido a profesionales liberales. Sectores como la agricultura y la ganadería también se han visto transformados por la tecnología. Hoy en día, muchos agricultores extremeños utilizan sensores y sistemas de riego inteligente conectados a aplicaciones móviles para optimizar recursos y reducir costes. El acceso a plataformas de comercio electrónico ha permitido a productores de quesos, aceites o jamones comercializar directamente a clientes de Madrid, Barcelona o incluso del extranjero, algo impensable hace apenas una década.

Los expertos señalan que la clave no es sustituir lo tradicional por lo digital, sino integrarlos. Un buen ejemplo es el auge del turismo rural. Los alojamientos de Sierra de Gata o Las Hurdes se promocionan ahora en redes sociales y portales especializados, alcanzando a un público mucho más amplio. Y es que, si antes el boca a boca era la herramienta principal, hoy las reseñas en internet se han convertido en el nuevo termómetro de confianza.

Ocio digital en la España rural

Otro aspecto que suele pasar desapercibido es el impacto de la digitalización en el ocio. En muchas localidades donde antes el entretenimiento estaba limitado al bar del pueblo o a las fiestas patronales, hoy los vecinos tienen acceso a una amplia oferta cultural y recreativa a través de sus dispositivos. Plataformas de streaming, redes sociales y videojuegos en línea han ganado protagonismo entre jóvenes y adultos.

Dentro de este escenario también ha crecido el interés por el entretenimiento digital vinculado al juego. La expansión de los casinos sin registro, que permiten a los usuarios acceder a experiencias de ocio online sin procesos largos de verificación, es un ejemplo de cómo las tendencias globales llegan incluso a las zonas rurales. Aunque no es la actividad principal de la digitalización, refleja el abanico de opciones que hoy están disponibles en lugares donde hace no mucho tiempo la conexión era precaria.

Educación y formación a distancia

Si hay un sector que ha experimentado un salto cualitativo gracias a la digitalización en el medio rural, ese es la educación. Escuelas pequeñas en pueblos de menos de 1.000 habitantes cuentan ahora con pizarras digitales y acceso a plataformas de enseñanza virtual que conectan a los estudiantes con recursos educativos de primer nivel. Además, cada vez más jóvenes optan por estudiar carreras universitarias a distancia, evitando el desplazamiento a las grandes capitales.

Ejemplos como el de la Universidad de Extremadura, que ha reforzado sus programas online, demuestran que la brecha educativa entre la ciudad y el campo se está reduciendo. Incluso cursos de formación en ciberseguridad o marketing digital, impartidos desde Cáceres o Badajoz, llegan ya a alumnos que viven en pequeñas localidades de La Vera o Tierra de Barros.

Retos pendientes y perspectivas de futuro

No obstante, los expertos advierten de que aún existen desafíos. La cobertura móvil sigue siendo irregular en zonas montañosas y la formación digital no llega con la misma intensidad a todas las franjas de edad. Muchos mayores aún sienten desconfianza hacia el uso de aplicaciones bancarias o de salud digital, lo que limita su aprovechamiento.

A pesar de ello, la tendencia es clara. Los planes de digitalización regional y la inversión en infraestructuras apuntan a que, en pocos años, vivir en un pequeño pueblo extremeño no supondrá desventaja tecnológica frente a una gran ciudad. La posibilidad de trabajar, estudiar y entretenerse online desde cualquier rincón de la región abre la puerta a fijar población y a frenar la despoblación.

La digitalización, en definitiva, está reescribiendo la vida en el medio rural extremeño. Desde la economía hasta la educación, pasando por el ocio, lo digital ya no es un complemento, sino un eje central en el día a día de miles de ciudadanos. Lo que hace apenas unos años parecía ciencia ficción, hoy forma parte de la normalidad en muchos pueblos. Y lo más revelador es que esto no es el final del camino, sino apenas el comienzo de una transformación que promete seguir dando titulares en los próximos años.

Comentarios