Recomendaciones para prevenir ahogamientos y lesiones en zonas de baño

En la foto de archivo, una piscina municipal
Recomendaciones para prevenir ahogamientos y lesiones en zonas de baño

Los traumatismos más frecuentes son torceduras o contusiones; pero existen otros más graves que tienen su origen en la imprudencia, por ejemplo, cuando nos tiramos de cabeza al agua sin tener en cuenta la profundidad.

Este viernes, 25 de julio se celebra el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos. Impulsado por la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de generar conciencia sobre el ahogamiento como una causa importante y prevenible de muerte en todo el mundo, así como promover acciones eficaces que salven vidas, especialmente en grupos vulnerables como los niños, las personas mayores y quienes viven cerca de zonas acuáticas.

Cada año se producen en Extremadura múltiples accidentes en piscinas y zonas de baño de pantanos y ríos. Los traumatismos más frecuentes son torceduras o contusiones; pero existen otros más graves que tienen su origen en la imprudencia, por ejemplo, cuando nos tiramos de cabeza al agua sin tener en cuenta la profundidad o si existen rocas o piedras. Estos accidentes tienen como consecuencia gravísimas lesiones medulares, que son el primer motivo de ingresos en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el de referencia nacional, durante los meses de verano.

Por ello, desde la Unión de Consumidores, han lanzado unos consejos y recomendaciones para disfrutar de las piscinas y otras zonas de baños sin riesgos.

Para evitar el contagio de hongos hay que tomar ciertas medidas higiénicas, como quitarnos las zapatillas solamente para bañarnos.

El cloro de las piscinas puede producirnos conjuntivitis e irritaciones en los ojos, por lo que es recomendable utilizar gafas de baño.

Para evitar los cortes de digestión, es bueno esperar al menos dos horas después de la comida para bañarnos. Aun así, se debe entrar en el agua poco a poco. Los cortes de digestión, técnicamente llamados hidrocuciones, se producen como consecuencia de un cambio brusco de temperatura –37º el cuerpo humano y 18º el agua-, lo que provoca una reacción caracterizada por una perdida brusca del conocimiento o la parada cardiaca o respiratoria, con el consiguiente riesgo de ahogamiento.

También es aconsejable beber mucho agua, sobre todo si estamos mucho tiempo expuestos al sol.

Hay que asegurarse de la profundidad del lugar en relación a la estatura del bañista y a la altura desde la que uno se lanza (a mayor altura, mayor profundidad), así como en ríos donde puede haber rocas y piedras. Antes de sumergirse la cabeza es preferible hacerlo de pie o irse introduciendo poco a poco en el agua.

Importante bañarse sólo en piscinas o zonas acondicionadas para el baño. Hacerlo en otros lugares puede suponer un riesgo de accidente y la ausencia de socorristas y servicios de auxilio.

Cuando se sospeche que se puede haber producido una lesión de cervicales, es muy importante no mover al sujeto y avisar inmediatamente al puesto de socorro más próximo o a los servicios de urgencia de la localidad.

Cabe destacar que cada año mueren en Europa 5.000 menores ahogados, el 70% de ellos menores de 6 años. Las piscinas de “chapoteo”, generalmente destinadas a este grupo de niños más pequeños, suelen tener una profundidad máxima de 60 centímetros y en ningún caso es inferior a los 30. Hay que tener en cuenta que basta que la piscina tenga una profundidad de 10 centímetros para que el niño pueda ahogarse. Por eso, los niños deben estar siempre acompañados por una persona mayor, siendo el sistema flotador más recomendable el de los manguitos.

Si se tiene piscina en casa y la frecuentan menores, es muy recomendable instalar un cerramiento. En Francia, cuando se impuso su obligatoriedad, se redujeron un 75% los ahogamientos de niños en piscinas privadas.

Los adultos somos responsables de que los menores no corran peligro en la piscina, pero también podemos enseñarles a ellos algunas reglas básicas como bañarse siempre acompañado de un adulto, ponerse un chaleco homologado, antes de bañarse, importante ducharse y entrar poco a poco al agua, tirarse de cabeza desde la zona más profunda, no correr cerca de los bordillos ni toboganes porque resbalan y avisar al socorrista en caso de peligro.

Comentarios