Extremadura, sin alternativa real al coche para las vacaciones de verano

Desplazamiento en vacaciones. (Foto de archivo).
Extremadura, sin alternativa real al coche para las vacaciones de verano

Un estudio comparativo realizado por la Unión de Consumidores de Extremadura entre trayectos desde las principales ciudades extremeñas hacia destinos habituales evidencia una brecha considerable en tiempos de viaje. 

Con la llegada del verano, muchos extremeños se plantean dejar el coche en casa y optar por medios de transporte más sostenibles. La saturación habitual de la A-5 y las complicaciones para aparcar en destinos turísticos invitan a valorar el tren o el autobús como alternativas más cómodas, seguras y ecológicas. Sin embargo, la realidad en Extremadura es otra: el transporte público sigue sin ofrecer una opción competitiva frente al vehículo privado.

Un estudio comparativo realizado por la Unión de Consumidores de Extremadura entre trayectos desde las principales ciudades extremeñas (Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia) hacia destinos habituales como Sevilla, Lisboa, Cádiz o Huelva evidencia una brecha considerable en tiempos de viaje. 

En todos los casos, el coche particular supera ampliamente en eficiencia a los medios públicos, que exigen múltiples transbordos y esperas prolongadas.

Viajar desde Badajoz a Cádiz en tren supone un trayecto de casi diez horas con dos cambios, frente a las poco más de cuatro horas que requiere el coche. Desde Cáceres, el autobús hasta Huelva supera las ocho horas, mientras que en coche apenas llega a las cuatro. Incluso en la mejor conectada, Mérida, el transporte público solo se acerca al coche en trayectos concretos como el viaje en autobús a Sevilla.

Múltiples obstáculos complican aún más estos desplazamientos: cambios de estación, escasa frecuencia de servicios y una red ferroviaria limitada y obsoleta. Las opciones de vuelo desde Badajoz tampoco suponen una alternativa viable, por los altos precios y la escasa oferta.

La situación pone de relieve la falta de inversiones estructurales en movilidad en Extremadura. A pesar de iniciativas como el programa “Verano Joven”, que subvenciona los billetes de tren y autobús para menores de 30 años, la ausencia de conexiones ágiles deja sin efecto cualquier incentivo. Un joven que tarde nueve horas de Badajoz a Cádiz no puede considerar el tren una opción real.

La conclusión es clara: viajar en transporte público desde Extremadura sigue siendo una odisea. Las políticas de fomento de la movilidad sostenible no pueden tener éxito sin una mejora estructural en la red ferroviaria y de autobuses que conecte de forma eficaz la región con sus destinos habituales.

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