El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Cereza del Jerte ha iniciado la certificación de las primeras picotas de la temporada, con una previsión total de producción de tres millones de kilos entre las cuatro variedades acogidas a la denominación: Ambrunés, Pico Negro, Pico Limón y Pico Colorado.

El arranque de esta campaña se produce con un ligero retraso respecto al calendario habitual, pero con buenas perspectivas. “La calidad de las cerezas certificadas hasta ahora es excelente”, ha señalado el presidente del Consejo Regulador, José Antonio Tierno, quien también ha confirmado que las recientes tormentas no han afectado a la producción del valle.

Las primeras picotas certificadas corresponden a la variedad Ambrunés, la más temprana entre las protegidas por la D.O.P., y marcan el inicio de una de las campañas más importantes para el sector agrícola del norte de Extremadura.

Desde el Consejo Regulador recuerdan que no todas las cerezas son picotas. Este fruto, exclusivo del Valle del Jerte, presenta características únicas que lo distinguen claramente de otras variedades. La más visible: la ausencia de pedúnculo. A diferencia de las cerezas comunes, las picotas se desprenden del rabito de forma natural cuando alcanzan su madurez óptima, lo que les confiere un sello de autenticidad.

La campaña de picota de este año coincidirá con la fase final de recolección de las cerezas certificadas Van y Lapins, lo que hará que varias variedades convivan simultáneamente en los mercados. Por ello, desde la D.O.P. insisten en la importancia de informar al consumidor sobre las diferencias y características específicas de cada fruta.

Antes del arranque de la campaña de picota, ya se habían certificado las variedades tempranas Burlat y Navalinda, y se ha comenzado con la variedad Van. La previsión general de la D.O.P. para la campaña de cereza certificada se sitúa en torno a los siete millones de kilos.