El Ayuntamiento de Cáceres ha rendido homenaje a uno de los hijos predilectos de la ciudad, Antonio Luceño, con la nueva denominación de la avenida que une la carretera N-521, desde la glorieta de acceso al campus universitario, con el Residencial Universidad.

El acto ha tenido lugar con la presencia del alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, y otros miembros de la corporación municipal, y al que también han asistido familiares y compañeros del catedrático Miguel Antonio Luceño Rubio, que ya cuenta con una avenida en su memoria.

Luceño, participó en el germen de lo que hoy es la Universidad de Extremadura, fraguó las bases de la Escuela de Magisterio, del colegio de Educación Especial PROA y del colegio Licenciados Reunidos, entre otros proyectos educativos en la ciudad.

Mateos ha recordado a Antonio Luceño como "una de esas personas sin las que no se entendería el Cáceres de hoy, quien ha dejado su huella en muchos y muy diferentes rincones de la ciudad".

"Fue tan generoso como docente, que quienes pasaron por sus clases aún hoy le recuerdan con gran cariño; desde los maestros a quienes enseñó desde la tarima de la facultad, a los más jóvenes que aprendieron de él en las aulas del Brocense o el Hernández Pacheco", ha añadido Mateos.

Tras el alcalde, han tomado la palabra en el acto de homenaje Rafaela Díaz, que fue compañera de departamento en la Universidad de Extremadura, así como sus hijos José Antonio y Agustín y su nieta Irene que han alabado la figura humana y profesional de Antonio Luceño.