La Semana Santa de Cáceres, reconocida como de Interés Turístico Internacional, ha concluido este año con un sabor agridulce debido a las inclemencias meteorológicas que han marcado su desarrollo. De los 24 desfiles programados, solo ocho pudieron completar su recorrido por las calles de la ciudad, dejando a muchos cofrades y espectadores con la sensación de una celebración «deslucida».

Las intensas lluvias y vientos adversos fueron los protagonistas inesperados de esta celebración religiosa, obligando a muchas hermandades a replantear sus procesiones o, en algunos casos, a cancelarlas por completo. Sin embargo, a pesar de las dificultades, algunos momentos destacados lograron brillar entre las nubes grises que cubrieron el cielo cacereño.

El Cristo de la Preciosa Sangre, junto con otras procesiones emblemáticas, consiguió desfilar, ofreciendo a los fieles momentos de profunda devoción. Pero fue la procesión del Cristo del Amparo la que se erigió como un rayo de luz en medio de la adversidad, siendo una de las pocas que pudo completar su estación de penitencia en medio de la lluvia.

El presidente de la Unión de Cofradías Penitenciales, Santos Benítez, lamentó la situación meteorológica que marcó esta Semana Santa, recordando que hacía décadas que no se vivía una situación tan complicada. Sin embargo, destacó la solidaridad y el espíritu de devoción que se mantuvo vivo en el interior de los templos, donde se llevaron a cabo actos conmovedores que fortalecieron la fe de los fieles, especialmente entre la juventud.

A pesar de las adversidades, Benítez resaltó aspectos positivos, como el crecimiento en la participación de jóvenes y mujeres en las hermandades, así como el compromiso continuo de las cofradías con la comunidad, la recuperación del patrimonio histórico y la preservación de las tradiciones religiosas.

Ahora, las miradas se dirigen hacia el futuro, con la esperanza puesta en la próxima Procesión Mariana en octubre, que conmemorará el centenario de la coronación de la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad. Además, se aguarda con ilusión la Semana Santa de 2025, donde se espera que la Procesión Magna vuelva a las calles tras diez años de ausencia, marcados por la pandemia y las condiciones climáticas adversas.

En la foto, Semana Santa de Cáceres.